Ander Pardo Amat, pamplonés de 19 años, era un joven que, como tantos otros, tenía una pasión: el fútbol, deporte que practicaba desde hacía años en el CD Amaya, club del que también era socio. "Era un chaval de diez, siempre estaba dispuesto a ayudar a sus compañeros y amigos y hacía todo lo posible por crear buen ambiente", relataba ayer su entrenador, Juan Armiño, que destacó que era el jugador más polivalente del segunda juvenil: "Podía jugar en muchas posiciones". Ander Pardo estudió en el colegio Sagrado Corazón y este curso empezó Ingeniería Técnica Industrial en la UPNA.El joven pamplonés falleció el sábado por la noche tras precipitarse desde la azotea de un edificio de 11 pisos en el barrio de Iturrama. El fatal accidente ocurrió a las 21.03 horas del pasado sábado en un edificio de la calle Esquíroz, próximo al frontón de López, situado en el barrio de Iturrama. Según fuentes de la Policía Municipal, el joven se encontraba con algunos amigos en la azotea del edificio y en un momento dado se subió a un tejado de uralita que se rompió al no soportar el peso y el fallecido cayó por un hueco que da a un patio interior del inmueble y que los vecinos usan como tendedero.

Tras la caída, sus amigos avisaron a emergencias y bajaron a socorrer al joven, que falleció en el acto y nada se pudo hacer por salvar su vida. De hecho, hasta el lugar se desplazó un equipo médico en una ambulancia medicalizada que certificó el fallecimiento. El cadáver del joven pamplonés fue trasladado al Instituto Navarro de Medicina Legal donde se le practicará la autopsia. La Policía Municipal de Pamplona, que se trasladó al lugar, se ha hecho cargo de la investigación del suceso y tomó declaración a los testigos. Además, los amigos y familiares requirieron ayuda por lo sucedido.

El fatal accidente dejó conmocionado también al mundo del fútbol regional, ya que Ander Pardo era jugador del segunda juvenil del CD Amaya, club que ayer, a través de las redes sociales, mostraba su “tristeza y desolación ante el fallecimiento de nuestro juvenil Ander. No tenemos palabras. Gracias por el consuelo”.