Según el Boletín El impacto de la Covid-19 en la población atendida por Cruz Roja a través del Plan Responde, recientemente publicado por la entidad, el porcentaje de riesgo de exclusión de las personas atendidas en Cruz Roja ha subido de un 73% a un 90%, cifra Josune Anocibar, responsable del área de atención a personas en extrema vulnerabilidad de Cruz Roja. En 2020, dentro de su Programa Responde, atendieron a 30.000 personas en Navarra, y, de enero a abril de 2021, a 6.300. El perfil de las personas atendidas en Cruz Roja a raíz de la pandemia ha cambiado: son claramente más jóvenes (44 años de media), mayor proporción de hogares con hijos menores de 16 años y mayores tasas de riesgo de riesgo de pobreza y exclusión, expone Anocibar.

El incremento de las ayudas Desde el inicio de la pandemia, en Cruz Roja han detectado que las ayudas económicas que proporcionan para cubrir las necesidades más básicas, que siempre han tenido un carácter puntual, no periódico, los beneficiarios necesitan alargarlas ante la falta prolongada de ingresos y empleo. Desde Servicios Sociales del Ayuntamiento de Pamplona, Olivia Elizari resalta que la actividad del área creció exponencialmente, debido a la necesidad de apertura de recursos habitaciones y de alimentación por el aumento de la demanda, se doblaron las ayudas económicas y destacó la coordinación con otros agentes sociales para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.

LEA TAMBIÉN "No nos quiere ni el virus"

La sociedad insegura Carolina Ibáñez, responsable de Acogida de Cáritas, recuerda haber visto “situaciones muy duras en este tiempo. En esos primeros meses de marzo, abril y mayo, llegamos a duplicar y triplicar las ayudas económicas para alimentación”. En 2020 atendieron a 6.128 personas diferentes y 14.807 destinatarios totales. Al igual que a otras entidades, a Cáritas vuelven usuarios que hacía mucho que no se habían visto en la necesidad de recurrir a ellos, con empleos en servicio doméstico u hostelería. O quienes nunca habían acudido. Cada vez atienden a más gente en situación irregular, uno de cada tres aproximadamente. También notan hay más movimiento de otras CCAA, gente que se traslada de un lugar a otro buscando alternativas. En el informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social de 2019, en Navarra se estimaba que había 94.000 personas en lo que se denomina la sociedad insegura. Es decir, personas integradas pero con empleos muy precarios, “que ya intuíamos que no podrían con una nueva crisis”, declara Ibáñez. Marta Antoñana, trabajadora social del Paris 365, pone como ejemplo que la totalidad de usuarios del comedor solidario están en situación de precariedad residencial. El número no deja de aumentar. En 2019, había entre 30 y 35 personas diariamente, ya desde finales de ese año había comenzado a incrementarse. Con el estado de alarma, se disparó. Desde entonces dan tuppers en una única entrega a mediodía. Llegaron a picos de 100 personas. Actualmente, la cifra diaria oscila entre 60 y 75 personas. El perfil del comedor también es un reflejo de los golpeados por la crisis: “Se han dado casos de personas que jamás se habían visto en esa situación, pero han tenido que venir puntualmente porque no cobraban el ERTE, no tenían capacidad de ahorro, se quedaron sin fuente de ingresos y carecían de soporte relacional. La pandemia ha evidenciado que esto nos puede pasar a cualquiera”, ejemplifica la coordinadora del Paris 365 Myriam Gómez García.

LEA TAMBIÉN Codo con codo con las personas sin hogar