- La Asociación de Salas de Fiestas, Baile y Discotecas de Navarra (Asbana) se muestra disconforme con las medidas de apertura propuestas por del Gobierno de Navarra, y se reunirá con Salud el próximo lunes para, según el presidente de la asociación Carlos Tabar, “ver si aceptan la propuesta bastante más ambiciosa que les proponemos”.

“Nos estamos arruinando”. Son las tres palabras con las que resume Carlos Tabar, dueño de los bares Canalla, Kabiya y Rockollection de Pamplona, su situación tras verse obligado a mantener cerrados sus locales de ocio nocturno por más de catorce meses. Tres palabras que resumen la situación de muchos empresarios que, desde el inicio de la pandemia, no han podido volver a trabajar y esperan expectantes unas nuevas medidas que les permitan “volver a algo parecido a una normalidad”, explica Tabar.

Unas medidas de desescalada que se intentaron implantar desde el Ministerio de Sanidad de cara al inicio del verano, pero que, tras la negativa de muchas de las comunidades autónomas y el varapalo de los tribunales, terminaron siendo aplazadas.

Por lo tanto, y teniendo en cuenta que ahora la Comunidad Foral tiene la libertad para eliminar las restricciones en establecimientos como bares y restaurantes, y para flexibilizar también en discotecas, María Chivite afirmó el viernes que, de cara al mes de julio, se está planteando la apertura de dichos locales “si la situación epidemiológica lo permite”. Aun así, alertó que “no se trata de abrir las discotecas tal y como las conocíamos” y recalcó que “estamos hablando en todo momento de mesas, sentados, nada de pista de baile...”.

Unas medidas que, desde la Asbana se ven “totalmente insuficientes”. Aseguran que “los negocios no pueden ser rentables poniendo mesas y sillas en las que tenemos que estar quietos” y se quejan de la falta de espacio en los locales, donde “cuando dicen que nos dan el 50% de aforo no entienden que, teniendo en cuenta la separación que debe haber entre las mesas, ese aforo no va a pasar del 30%”.

También destacan la necesidad de una diferenciación de horarios, y aseguran que “nuestros locales no consiguen nada abriendo en el mismo horario que el resto de la hostelería. Nadie va a una sala de baile o a una discoteca a las cinco de la tarde”. Realidad que choca con las medidas que propone Chivite, las cuales supondrían la apertura de los establecimientos “solo hasta las dos o tres de la mañana”.

Por ello, los locales han tenido que “reinventarse” para conseguir que la apertura en esos horarios “antinaturales valga para algo”, comenta Ramón Pérez, dueño del Bar Chester, asegurando que “es una forma de darnos algo para que callemos”.

El mayor problema que están sufriendo, y por lo que más desamparados se ven, es que aunque llevan más de un año cerrados han tenido que seguir pagando los gastos de alquiler, luz, gas, aguas, basuras...

A pesar de haber recibido algún tipo de compensación económica en todo este tiempo, desde Asbana afirman que “no vale para gran cosa”. Carlos Tabar explica que “como máximo” le han dado 50.000€ por medio de ayudas, pero sus gastos tienen una media de 20.000 euros mensuales, por lo que “no hay que ser un gran matemático para darse cuenta de que las cuentas no salen”.

Álvaro Gastón, propietario del Gardens PUB, sostiene que “lo que se necesita no son ayudas económicas”, y reclama que “no me importa si no me dan dinero, o si tenemos que permanecer cerrados. Lo que quiero es no tener deudas por el alquiler, la luz, el IVA, la tasa de basuras...”.

Todos coinciden en que “no quieren dar pasos en falso” a la hora de abrir sus negocios, por lo que Asbana se reunirá con Salud el lunes que viene, señalando que “cuando abramos, queremos que sea con todas las de la ley; con pista de baile, diferencia horaria y pudiendo disfrutar y hacer disfrutar de la noche a los consumidores”.