La mitad de los diagnósticos que se realizan en consulta ambulatoria dermatológica en Navarra revelan un cáncer de piel, una patología que ha experimentado un aumento muy significativo en los últimos diez años, ya que el número de casos ha aumentado casi un 50%.

Sin embargo, entre los meses de marzo y octubre del año pasado se detectaron en la Comunidad Foral 55 cánceres de esta tipología, frente a los 78 de 2018 y 77 de 2019. El menor número de diagnósticos es consecuencia directa de la pandemia y por la dificultad de acudir a una consulta presencial debido a las medidas anticovid aplicadas durante los primeros meses, señalan fuentes de Salud.

La dermatóloga del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) Amaia Larumbe Irurtzun destaca que el incremento de cánceres de piel en los últimos años ha sido “muy importante” y apunta como razones “la mayor longevidad de la población” y “el culto al sol que se sigue practicando”. Aunque es difícil precisar cuántos de estos cánceres se podrían evitar, Larumbe indica que “sí que se ha visto en países como Australia, muy concienciados en la fotoprotección debido al numero muy alto de cánceres de piel que presentan, un descenso en el numero de muertes por melanoma”. Este decrecimiento de decesos relacionados con esta patología reconoce que se ve a largo plazo, “a los años de la implantación de programas en la población para evitar la radiación ultravioleta”.

Gráfico: Maitane Bernabeu

Durante los primeros meses de la pandemia, gran parte de la atención médica se realizaba por vía telefónica, por lo que esto repercutió en el diagnóstico de muchas enfermedades y patologías. También tuvo influencia en la detección del cáncer. Al respecto, la dermatóloga Larumbe reconoce que el hecho de no haber podido acudir de forma presencial al médico ha repercutido en que “el número de piel diagnosticados haya sido menor”.

UNO DE CADA 5 SIN DIAGNOSTICAR

Larumbe destaca que según datos de la Academia Española de Dermatologia y Venereología (AEDV), un 21% de los melanomas (una quinta parte) no se han diagnosticado en 2020 por culpa de la pandemia de la covid-19, “esto supondría aproximadamente unos 1.113 casos en toda España”. advierte. En el caso de la Comunidad Foral, la médico destaca que un estudio realizado por la doctora Sarriugarte y colaboradores del Complejo Hospitalario de Navarra, ha puesto de manifiesto que durante el 2020 se han diagnosticado menos casos de melanoma que en años anteriores.

En concreto, entre marzo y octubre del pasado año se diagnosticaron un total de 55 melanomas. En ese mismo periodo en 2019 se detectaron 77 y en 2018, 78. Además de detectar menos cánceres de esta tipología, según destaca Larumbe, “el grosor de los mismos, un factor pronostico muy importante, ha sido del doble”.

En cuanto al posible número de personas que pueden tener esta afección reconoce que a causa de la covid-19, “una de cada cinco personas con melanoma en fase inicial seguirá sin ser diagnosticada”, a pesar de que la mitad de los diagnósticos que se realizan en consulta ambulatoria dermatológica acaban revelando un cáncer de piel. El retraso en el diagnostico derivado de la emergencia sanitaria que se vive a nivel mundial en el último año, repercute directamente en el tratamiento, que debe ser “más agresivo y con peor pronóstico”.

DETECCIÓN Y PREVENCIÓN

La doctora Larumbe expresa que existen dos acciones fundamentales para evitar padecer este tipo de cánceres. Por un lado, incide en la importancia de la autoexploración mensual por parte del paciente mediante espejos, para detectar cambios sutiles en lesiones pigmentadas ya existentes y reconocer la aparición de nuevas lesiones.

En el caso de los lunares, se utiliza la regla ABCDE. En concreto, se repara si el lunar es asimétrico o no, que la mitad de un lunar no es igual que la otra mitad. Se observa si tiene bordes irregulares, sean desiguales, borrosos o dentados. Es importante reparar también en el color del mismo, ver si se observan varios colores diferentes en la lesión (los colores más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro).

El diámetro es otro factor a tener en cuenta, se trata de ver si el lunar es de un tamaño mayor a 6 milímetros y estar atento de la evolución que lleva, si experimenta cambios en cuanto a tamaño o forma. En el caso de detectar alguno de estos cambios o variaciones, es preciso una valoración por parte del médico de atención primaria o del dermatólogo. Además de la autoexploración, la fotoprotección también juega un factor importante en la prevención y evitar la sobreexposición en las horas donde el sol tiene más intensidad.