Los trabajadores del sector hostelero tienen la oportunidad de refugiarse del calor cada vez que entran al interior del bar, pero no son largos los momentos en los que no se encuentran atendiendo la terraza, más si cabe ahora. Es el caso de Félix Cressatti, del Café Peregrino, en el Casco Viejo de Iruña.

Reconoció que "es bastante más complicado trabajar con estas temperaturas". "Nosotros estamos todo el día en movimiento bajo el sol, se te hace mucho más pesado", admitió, y comentó que las altas temperaturas se notan mucho en el estado de ánimo de la clientela, que "está más irritada y tensa". Encima, "la mascarilla molesta muchísimo más los días como hoy", ya que no puede quitársela en toda su jornada laboral y "tener un pequeño respiro", en una situación en la que "estos días de tanto calor la diferencia entre el interior y el exterior es casi de 20 grados".

"Además, acá el calor es muy esporádico y no te da tiempo a acostumbrarte", observó este argentino que previamente trabajó en Sevilla. Aun así, "el invierno se hace muy largo y se agradece el sol", dijo.