Navarra detectó el sábado 14 de agosto 131 nuevos casos de infección por Covid-19, según datos del Instituto de Salud Pública y Laboral, tras realizar 1.145 pruebas, con una tasa de positividad del 11,4%, aún muy lejos del 5% recomendado. Se trata de la cifra más baja desde que estallara el denominado 'brote de Salou' a comienzos del mes de julio. Son 82 positivos menos que el día anterior, y están también por debajo de los 189 de hace 7 días y de los 310 de hace 14. Hay que recordar que en fin de semana los contagios bajan al realizarse un menor número de pruebas, si bien el dato es bueno y contribuye a acelerar el descenso reflejado en los últimos días, que se había ralentizado. En comparativa semanal los contagios descienden un 18% (1222-1488).

En cuanto a la ocupación hospitalaria, según los últimos datos, tras 5 nuevos ingresos, uno en UCI, hay 95 personas hospitalizadas por Covid-19, 4 más que el día anterior. 25 están en UCI, una menos. La presión en hospitales sigue reduciéndose y las altas en los últimos días superan a los ingresos, si bien en puestos de críticos el número de camas ocupadas ha aumentado en la última quincena de 20 a los 25 actuales.

El sábado se notificó una persona fallecida, un hombre de 75 años, que eleva el número total de muertes por esta enfermedad a 1.208.

Respecto al proceso de vacunación, se inocularon 3.293 vacunas en la Comunidad foral. El número total de vacunas administradas es de 867.920 y un total de 431.304 personas tienen la pauta completa de vacunación.

Ayer Tudela volvió a encabezar el listado diario de positivos por municipios y zonas de salud con 11 casos, seguido del barrio pamplonés de Rotxapea, que acumuló 8 de los 36 que notificó en total la ciudad de Pamplona. Atención también a Fitero, con 5 casos, o Zizur y Viana, con 4, y Andosilla, Azagra, Burlada, Cintruénigo, Lodosa y Barañáin, con 3.

Vacunación obligatoria de sanitarios: "No es un problema real"

Obligar a los sanitarios a vacunarse contra la covid "no es un problema real en España" donde menos del 5% no se ha inmunizado. Lo dice el coordinador del Grupo de Ética de la Sociedad Española de Epidemiología, Fernando García, que apela a no aplicar medidas restrictivas porque "en este país la persuasión funciona". García, que también preside el comité de Ética de la Investigación del Instituto de Salud Carlos III, afirma que en salud pública lo ideal es tomar las medidas menos restrictivas de las libertades individuales "y la menos restrictiva es la persuasión y el convencimiento", y en eso "España es un relato de éxito" donde hubo una acogida masiva a la vacunación, incluso cuando aparecieron los efectos adversos de la vacuna de AstraZeneca.

García considera que el debate sobre la obligatoriedad de la vacunación a los sanitarios es un "problema importado" de países como Francia donde un tercio de los profesionales de la salud ha optado por no ponerse las vacunas. Además, en España faltan datos "certeros" de cuántos profesionales no se han vacunado -aunque los porcentajes que barajan están entre el 1 y el 5%- y saber hasta qué punto la bolsa de trabajadores sanitarios no inmunizados afectó a la transmisión del virus a las personas que atienden, añade.

Y si resulta, dice el profesional, "que estamos hablando de un problema que no está ocasionando problemas es que no existe el problema". A su juicio para obligar a vacunar a los sanitarios tendría que darse una situación similar a la de Francia y solo tendría sentido si se enfrenta un tema de salud pública: "Entonces sí estaría justificado tomar medidas más severas".

Este epidemiólogo considera que el 70% calculado al principio de la pandemia para la inmunidad de grupo se ha quedado "antiguo" y explica que ya no es suficiente porque la variante delta es más contagiosa y se necesitan porcentajes en torno al 80 y el 85%. No obstante, apela a que no se tome la inmunidad de grupo como un "porcentaje milagroso" que resuelve el problema de la covid y subraya que "buscar una cifra mágica no conduce a nada porque no vamos a alcanzar ese 90%", ya que los niños no se van a vacunar y representan el 11% de la población.

García reconoce que el concepto de inmunidad de grupo permite que siempre haya una reserva pequeña de personas que no se vacunan y se benefician del resto que sí ha recibido las dosis. "Es lo que se llama un aprovechado, un polizón o un gorrón en términos más coloquiales. El que se cuela en el metro o en el autobús y se beneficia del viaje sin pagar. Y hay personas que conciben el no vacunarse en esos términos", precisa.

Tercera dosis

Un panel de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC, en inglés) recomienda una tercera dosis de las vacunas contra la covid-19 de Pfizer y Moderna a las personas inmunodeprimidas, que fue autorizada por la FDA. El comité asesor para prácticas de inmunización avaló la dosis adicional de los sueros de Pfizer y Moderna, aunque no discutió la posibilidad de una segunda inyección de la vacuna de Johnson & Johnson al no disponer de suficientes datos.

Se espera que después de la recomendación de los expertos, la directora de los CDC, Rochelle Walensky, dé su aprobación final a la administración de una tercera dosis.

Ayer precisamente se conocía que las personas inmunodeprimidas menores de 65 años que recibieron la tercera dosis de la vacuna Pfizer en Israel desarrollaron un 43% más de anticuerpos que después de la segunda inyección. Las conclusiones constan en un estudio del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv. El informe se realizó entre 240 pacientes inmunosuprimidos que han recibido la tercera dosis de la vacuna contra la covid-19 desde que el gobierno aprobó la medida el mes pasado.

Según los investigadores, solo el 25% de los pacientes con trasplante de órganos tuvieron una respuesta de anticuerpos a la vacuna después de su primera y segunda dosis; mientras que después de una tercera vacuna respondió alrededor del 50%. Entre los pacientes hematológicos, un tercio más respondió a la tercera dosis frente a la segunda.

En general, para los menores de 65 años, hubo una tasa de respuesta del 70% en comparación con una tasa de respuesta del 27% después de la segunda inyección. Y para los mayores de 65 años, alrededor del 43% desarrolló anticuerpos en comparación con el 7% después de la segunda dosis.