Tras varias semanas con el proceso de vacunación abierto a toda la ciudadanía navarra mayor de 12 años, el grupo de población de entre los 30 a 39 años se ha conformado como el más receloso a recibir las dosis.

En concreto, 61.891 personas de esta franja habían recibido hasta el miércoles al menos un pinchazo del antídoto, el 76,1% de las 81.000 que conforman este grupo. La resta no ofrece dudas, y refleja que más de 19.000 han rechazado la inyección, un número mucho mayor que en otras franjas que les han superado en inmunización en los últimos días. Incluso los niños y adolescentes de 12 a 19 años (77,5%), y también los jóvenes de 20 a 29 años (76,9%) tienen una tasa de vacunación mayor con al menos una dosis.

Los treintañeros comenzaron a ser citados a vacunarse a finales de junio, y ya el 1 de julio contaban con un suelo de protección muy alto (26,9%), conseguido en buena parte por la prioridad de los trabajadores esenciales (sanitarios, sociosanitarios, bomberos, policías, etc.) en el calendario de inmunización.

Durante todo este mes la aceptación fue buena, y se pasó de casi 22.000 personas con al menos una dosis a cerca de 60.000. En el mismo tiempo, la franja inmediatamente inferior -la de 20 a 29- experimentó un crecimiento similar, pasando de 9.000 a 37.000.

Sin embargo, en agosto la evolución se frenó en seco y tan solo 1.200 de 30 a 39 años se adhirieron a la inmunización, mientras que en el resto de colectivos la vacunación aumentaba.

A pesar de las decisiones del departamento para facilitar la adhesión al proceso, como la vacunación sin cita -disponible desde el mes pasado- y las continuas rondas de llamadas para repescar -hasta 5.000 al día-, no se está consiguiendo convencer a un grupo en el que parece que poco se podrá progresar de cara a conseguir una inmunidad de grupo para la cual se necesita rascar de cualquier franja para alcanzar el porcentaje más cercano al 100%.