El periodista Antonio Franco Estadella, director fundador de El Periódico de Catalunya de 1978 a 1982, y que volvió a dirigir ese diario entre 1988 y 2006, ha fallecido hoy a los 74 años tras una larga batalla contra el cáncer que le diagnosticaron hace una década, ha informado este rotativo.

Nacido en Barcelona en 1947, de familia leridana, Antonio Franco fue un referente del periodismo en España desde los inicios de la democracia y durante su carrera fue galardonado con numerosos premios y reconocimientos, como el Luca de Tena, Ortega y Gasset, Antonio Asensio o el Ciutat de Barcelona.

Aunque la mayor parte de su vida profesional estuvo vinculado a El Periódico y el Grupo Z, Franco trabajó también en El Diari de Barcelona, la revista Destino y el diario El País, del que fue director adjunto de 1982 a 1988, y colaboró en revistas satíricas como Barrabás y El Papus.

Asimismo, fue profesor de diseño de diarios en la Universitat Autònoma de Barcelona, miembro del Instituto Internacional de Defensa de la Libertad de Prensa y uno de los redactores del código deontológico del Colegio de Periodistas de Cataluña.

En 2006 la Generalitat le otorgó la Creu de Sant Jordi por su contribución a la edición en catalán de El Periódico de Catalunya.

Antonio Franco inicio estudios de Económicas por recomendación familiar, pero no llegó a acabarlos y en 1968 se licenció en periodismo en la Escuela de Periodismo de la Iglesia.

Un año después ya fue nombrado director de un nuevo semanario, El Maresme, que fue cerrado por el régimen franquista.

Entre 1969 y 1978 trabajó en Diari de Barcelona, del que fue subdirector en 1976, y en Destino, bajo la dirección de Nestor Luján.

Con solo 31 años y en plena Transición democrática, el empresario Antonio Asensio le confió la dirección de El Periódico de Catalunya, concebido como un diario popular progresista que se consolidó rápidamente entre el público catalán.

Tras incorporarse en 1982 a El País como primer director de su edición catalana, cargo que ejerció hasta 1988, regresó ese año nuevamente a El Periódico como director, y permaneció en el puesto hasta 2006, cuando un infarto de miocardio le obligó a apartarse de la primera línea del diario, en el que siguió colaborando con sus artículos hasta este mismo mes.

El Periódico destaca de su exdirector que fue "un luchador en todas las facetas posibles. Un ser incombustible que se entregó al oficio de periodista antes de ser veinteañero y que protagonizó una revolución en el periodismo de la Transición y el que vino después".

"A él le debemos -añade- la irrupción en el mercado del primer diario moderno del último tramo del siglo XX y del advenimiento del XXI, El Periódico de Catalunya, 'un producto popular, de centro izquierda, catalanista y del Barça', su tarjeta de visita, en el que experimentó y maduró cada uno de los pasos que trastocaron conceptos y modos de ejercer el oficio".

Por su parte, El País ha destacado la "gigantesca figura humana" de Antonio Franco, quien supo "trasladar su envergadura física y moral, y su gran olfato por las noticias y las tendencias sociales, al quehacer democrático de su ciudad y su país", con un profundo sentido de la equidad, la honestidad profesional y la urgencia del cambio permanente.

Para El Periódico, con Franco "se va un estilo irrepetible, un modo de dirigir diarios personalísimo, igual de irrepetible", mientras El País indica que "pertenecía a una raza en extinción, la de los grandes directores de periódico, unos personajes entregados y devorados por su oficio, antiguos e imprescindibles".

En su trayectoria se recordará, entre otros casos, el pulso que mantuvo con Jordi Pujol durante el caso Banca Catalana, la publicación en 1991 de los papeles del ‘caso Filesa’ que tambaleó al PSOE de Felipe González, el impulso a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 o su oposición a la guerra de Irak en 2003.