El primer sábado sin restricciones será de gran ajetreo en las calles de Pamplona. Los establecimientos hosteleros de la capital navarra han recibido un aluvión de reservas para comer en el primer fin de semana de normalidad en los bares y muchos de ellos han colgado ya el cartel de completo para este sábado al mediodía.

Este levantamiento de límites de aforos y horarios, el buen tiempo que se espera para el sábado y la celebración del partido de Osasuna frente al Rayo Vallecano a las 14.00 horas ha provocado que muchas cuadrillas hayan hecho sus reservas tanto para almorzar como para comer en los aledaños del estadio.

"Estamos completos desde hace 3 o 4 días, tanto con almuerzos como con comidas", certifican desde El Escondite del Arena, situado en los alrededores del pabellón y muy cerca del estadio de El Sadar. Aunque el levantamiento de las restricciones no les ha llevado a ampliar su terraza porque ya es "muy grande", sí que se congratulan de un nuevo escenario que les permitirá "sacar más mesas si hace falta".

Tras el partido, ya a primera hora de la tarde, se espera un gran ambiente en las calles de la ciudad, en la que se prevén aglomeraciones, especialmente en el centro. "Nosotros no tenemos completas las comidas, pero estamos seguros que se va a llenar tanto por la mañana como por la tarde", aseguran desde el Bar Baviera, en la Plaza del Castillo. De hecho, ya en la tarde de este viernes tenían "llena la terraza, el interior y la barra". "Este fin de semana va a ser una locura", vaticinan.

Gran ambiente en el primer vermú

De hecho, el primer vermú sin restricciones en Navarra se ha desarrollado este viernes con gran ambiente, aunque con relativa tranquilidad. Había ganas de volver a disfrutar del aperitivo en la barra de los bares después de dieciocho interminables meses de espera y centenares de pamploneses han copado los bares del centro de la capital navarra.

12

Primer vermut sin restricciones en Pamplona

La posibilidad de consumir en barra ha sido aplaudida tanto por hosteleros como por clientes, que han vuelto a ella más de un año después. "Teníamos ganas de disfrutar del pintxo de toda la vida: es una sensación muy agradable", explican Roberto Gabancho y Sonia Domínguez desde el interior del bar Guria en la Estafeta.

Los cafés del desayuno, los pintxos de antes de comer, las cervezas y los cubatas de la noche han regresado a su hábitat natural. Vuelven a las barras, testigos privilegiados de la vida de cualquier persona. Y uno de esos momentos en los que adquieren un papel protagonista es, sin duda, el vermú, que ha retornado a Pamplona después de 18 interminables meses de espera.

Centenares de pamploneses han copado los bares del centro de la ciudad -especialmente Estafeta, San Nicolás y Navarrería- en la primera jornada sin restricciones en Navarra, que se desarrolló entre un gran ambiente y relativa tranquilidad. Las barras, de todo tipo de tamaño, forma y materiales -ladrillo, madera, metal, granito o cristal- volvieron a sentir el calor de los codos de los pamploneses.

Eso sí, el buen tiempo -con temperaturas por encima de los 20 grados pese a ser 1 de octubre- ha hecho que muchos clientes optaran por quedarse en las terrazas. Es una tendencia que parece que ha llegado para quedarse después de la pandemia.

Desde la hostelería también se ha recibido con alegría y alivio esta nueva situación. Kari Goikoetxea, dueña de la Mandarra en San Nicolás, se muestra "muy alegre por este nuevo paso hacia la normalidad".

El consumo en barra es fundamental para la hostelería de la capital navarra. Tan solo unos 40 establecimientos cuentan con terrazas con mesas en Pamplona, mientras que el resto de locales han visto muy mermada su actividad. "Nosotros no hemos trabajado nada la terraza porque tenemos una triste mesa. Este cambio es vital para nuestro negocio", sentencia Kati Goikoetxea.

El fin de las restricciones en hosteleria -a excepción del uso de mascarilla cuando no se esté consumiendo y no se mantenga el metro y medio de distancia- fue recibido en la noche del jueves al viernes con efusividad. En varios locales de la ciudad se realizó una cuenta atrás para celebrar la llegada de las 24.00 horas y el consiguiente fin de las medidas anticovid. Quienes disfrutaban del juevintxo pudieron levantarse de las mesas y bailar (con distancia y mascarilla) en una imagen bastante más parecida a los tiempos anteriores a la pandemia.

Eso sí, desde los establecimientos de hostelería se alude a la responsabilidad individual de sus clientes y se pide que sigan utilizando la mascarilla y cumpliendo las normas sin que los camareros tengan que actuar como policías.