Un taller para aprender a hablar, a escuchar y a gestionar las emociones. Seis personas mayores se reúnen cada martes en el centro Convive Santesteban de la Txantrea con un único objetivo: hablar. Una acción cotidiana a la que muchas veces no le damos suficiente valor. Pero ellos sí: ellos disfrutan recórdando, narrando historias y conociéndose.

Javier Larumbe, uno de los siete participantes, asegura que el taller de comunicación le da mucha tranquilidad. "Aprendo a escuchar y a comunicarme y eso me da satisfacción. Estamos jubilados y muchas veces no hemos sabido o bien escuchar o bien interpretar los mensajes. Tal vez porque la mayoría somos de pueblo y en nuestros tiempos no había la educación que ahora. O se hacía de otra manera".

Por su parte, María Gracia remarca la importancia de comunicarse después de la pandemia. "Nos viene muy bien porque no nos comunicábamos con nadie y para nosotros es muy positivo hacerlo", explica. "La directora, Rosa Olartua, me llamaba cuando tenía el covid y ahora vengo muy contenta a hablar con los demás".

Mari Carmen Zurumbay remarca cómo ha aprendido a gestionar las emociones en este taller. "Es un aspecto que de más jóvenes no nos ha enseñado nadie y que me parece muy interesante. Aprendes a respetar tanto al que se emociona por nada como al que necesita mucho, que es algo que a nuestra generación no nos han enseñado". Y María Rosario va todavía un poco más allá: "Para mí, esto ha sido media vida", asegura.

Por último, Ángeles Sanz, que acudía por primera vez al taller y Josetxo Paternain destacaron la importancia de crear comunidad en la Txantrea. "Busco relacionarme con los compañeros porque conozco de vista a todos pero de normal no tenemos relación. Llevamos en la Txantrea un montón de años, pero igual no hablábamos y es algo muy necesario", explica Sanz. "Este taller de comunicaciónn es bueno para fomentar la amistad y para rejuvenecer el cerebro", concluye Paternain.