Lo vivido en los hospitales en esta sexta ola se puede equiparar a los peores momentos de la pandemia. Así, al menos, lo exponen el director gerente del Hospital Universitario de Navarra (HUN), Alfredo Martínez, y Juan Pedro Tirapu, coordinador de las plantas UCI de este centro, en una entrevista concedida a este periódico. Ambos coinciden en que nada se puede comparar a la primera ola de la pandemia, en la que llegó a haber 95 pacientes en críticos y se habilitaron hoteles para poder atender a todos los ingresados, pero que desde entonces esta sexta ola -junto a la segunda (julio-diciembre de 2020)- ha sido uno de los momentos más críticos de lo que llevamos de pandemia, principalmente por la alta presión asistencial por la falta de profesionales y en el que se han asumido 1.253 ingresos en tres meses.

"A nivel de hospitalización esta sexta ola ha sido peor que la tercera (enero-marzo de 2021), la cuarta (abril-mayo de 2021) y la quinta (julio-septiembre de 2021). Lo que ha pasado es que se han superpuesto dos olas, la de delta y la de ómicron, que han llevado a unas incidencias altísimas que ha afectado a mucha población vulnerable", explica Martínez. En la misma línea, y para dimensionar bien lo que ha sido esta sexta ola a nivel hospitalario, Tirapu detalla que a principios de enero "se tuvieron que doblar dos boxes de UCI con dos camas y se habilitaron cuatro salas de Endoscopias para cuidados intensivos para poder atender el covid. Esto es algo que no ocurría desde noviembre de 2020".

Ómicron genera menos ingresos pero igual de graves

Pese a que la sexta ola ha llegado en un momento en el que el 90% de los mayores de 12 años estaban vacunados, los ingresos han superado a los de las olas previas debido a que la vacuna pierde efecto pasados más de 3 meses y por una incidencia de contagios que probablemente haya sido la más alta de la pandemia. En este sentido, Salud ha detectado que ómicron tiene un riesgo de ingreso menor, pero los que ingresan lo hacen con cuadros igual de graves que con cepas anteriores. De hecho, según apuntó el coordinador de las UCI, se espera que las estancias medias de los ingresados en críticos en esta sexta ola sean algo superiores a olas anteriores: "Antes de la covid la estancia media en UCI era de 8 días y en la primera ola subió a 19 y después hemos conseguido bajarla a 15-16. En esta sexta ola, todavía lo tenemos que analizar, pero está volviendo a aumentar la estancia; tenemos pacientes que llevan 23 días ingresados".

Déficit de personal

Si nos quedamos en las cifras, esta sexta ola ha ido en la línea de todas las anteriores, sin embargo, tal y como cuentan Martínez y Tirapu, dentro de los hospitales ha sido uno de los momentos más críticos por una diferencia fundamental: la falta de profesionales. "Todas las olas han coincidido con vacaciones bien de verano, de Semana Santa o de Navidad. En este caso, los profesionales ya tenían las vacaciones concedidas y se han respetado la mayoría. A ello hay que sumar las bajas de los sanitarios, que nunca habíamos tenido tantas; y la no disponibilidad de muchas enfermeras que estaban preparando la OPE", señala Martínez.

Todo ello ha llevado a que el trabajo de la alta presión asistencial lo asuman entre menos profesionales. Especialmente grave ha sido la situación del HUN, ya que en la sexta ola el Área de Pamplona ha sido la más afectada por el coronavirus. "En el HUN hemos estado al mismo nivel que a finales de 2020, porque tampoco podíamos derivar a la red privada, al tener también ellos déficit de profesionales", explica