Las calles amanecen hoy reivindicativas y moradas, con el lazo gigante que estreche las manos de tantas mujeres que ansían una igualdad real y efectiva, un concepto aún lejano, invisible para muchas, y que alimenta una brecha de género abierta de par en par con la pandemia.

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Concentraciones con motivo del 8 M

El lema de la campaña oficial enfoca en positivo Avancemos, dice en esta ocasión, y busca también la implicación masculina para acortar esa desigualdad manifiesta. El movimiento feminista volverá esta tarde a salir a la palestra enfocado más en darle la vuelta al sistema y reforzar el papel de las mujeres. Las jóvenes universitarias reclamarán también lo que es justo, la estabilización y promoción profesional, la necesidad de programas de conciliación laboral y familiar para ambos sexos y las ganas de revertir la infrarrepresentación de la mujer en los puestos de responsabilidad y en las carreras científicas técnicas. El Gobierno entrega hoy el premio Berdinna a la Igualdad a la asociación Cocemfe (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica), con lo que tratará de ilustrar también la realidad sepultada de la mujer con discapacidad. Y allí estarán también las sanitarias, las docentes, las hosteleras, las pensionistas, todas ellas porque el avance en la conquista de derechos deje de ser una aspiración y convertirse en una realidad palpable y efectiva.

Como recordaba Eva Istúriz, directora gerente del Instituto Navarro de la Igualdad (INAI) del Gobierno de Navarra, las grietas y desigualdades se dejan sentir por todos los poros. En el ámbito laboral, recordaba Istúriz, ha crecido la brecha salarial entre hombres y mujeres, se ha acentuado la segregación laboral -suelo pegajoso o profesiones feminizadas -, repercute en una mayor precariedad. La brecha también afecta a los cuidados y el ámbito doméstico, un sector feminizado y en el que predomina la mujer migrante y a la que apenas se dota de derecho, en el que todavía queda mucho empleo por emerger y en el que los salarios aparecen en las escalas inferiores.

Además, la menor disponibilidad de tiempo libre; la feminización de la pobreza; los estereotipos y roles asignados a mujeres y hombres; al acoso sexual; o a la concentración de poder masculino en el ámbito económico, cultural, en las federaciones deportivas o en el ámbito social, son reivindicaciones pendientes de una lucha que tuvo que tomarse un paréntesis con la covid, al menos en sus manifestaciones más multitudinarias. "Es evidente que hemos avanzado, pero todavía no hemos alcanzado una igualdad real y efectiva en nuestra sociedad, nos enfrentamos diariamente con otros obstáculos más sutiles y menos evidentes. Para superar estas barreras, necesitamos que la sociedad sea consciente, también los hombres", expuso Eva Istúriz.

También recordó que la pandemia ha puesto de manifiesto la profundidad de la crisis de cuidados, que recaen sobre todo en mujeres. "Han estado en primera línea de la lucha contra la covid-19; han asumido en sus casas cargas extras; el teletrabajo ha tenido efectos sobre ellas. Por eso en Navarra, estamos lanzando una estrategia para superar el concepto de conciliación y lograr alcanzar un Pacto por los Cuidados".

Además, tanto el vicepresidente Remírez como la directora Istúriz mostraron su preocupación, como organismo de igualdad y como gobierno, por los discursos negacionistas de la violencia contra las mujeres que están surgiendo en estos momentos en nuestra sociedad, en contraposición a los beneficios que las políticas públicas de igualdad han aportado a la vida de las mujeres y a la ciudadanía en general en los últimos años. Ha reiterado que la única manera de poder superarlos es seguir apostando por el feminismo.

Ayer, la Mesa y Junta del Parlamento de Navarra declaró su apoyo al Día Internacional de la Mujer para el que "reitera su compromiso para impulsar políticas públicas que velen por los derechos de las mujeres y las igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres". Así lo recoge la declaración aprobada este lunes por la que la Cámara se suma a la celebración del 8M y anima a toda la ciudadanía a sumarse a los actos de celebración y reivindicación. De esta forma reconoce "la importancia de las políticas públicas en el ámbito local para fomentar un cambio en el enfoque sobre los cuidados y avanzar así hacia la igualdad entre hombres y mujeres". La declaración pone el foco en los cuidados y el Parlamento se compromete a "visibilizar y dar valor a los trabajos de cuidados que hacen posible la sostenibilidad de la vida, incidiendo en la transformación sobre los roles y estereotipos que refuerzan la división sexual del trabajo".