Cuando se anunciaron a los ganadores de la fase nacional de la XVII Olimpiada de Biología 2022, celebrada en la Universidad de Oviedo el primer fin de semana de abril, José Javier Quintana Rodríguez, artajonés de 17 años que estudia segundo de bachillerato en el IES Sancho III El Mayor de Tafalla, se sorprendió mucho y se llenó de alegría al escuchar su nombre en primer lugar.

Fue uno de los cuatro primeros clasificados con medalla de oro. Se había presentado con expectativas de ganar alguna condecoración, pero no esperaba lograr el primer premio. Para él había supuesto una buena experiencia también por el hecho de haberlo “pasado bien” y tener opción de “conocer a gente”.

Quintana afirma que su interés por la ciencia de la vida existía “desde los 8 años”, ya que para entonces ya le gustaban los animales, visitaba huertos y granjas y sentía “especial fascinación por las arañas”. Lo que más le impresiona de los seres vivos es “cómo los mecanismos de las células funcionan tan a la perfección”.

El curso pasado tanto Quintana como sus compañeros de clases recibieron de un profesor la invitación de presentarse a este certamen, pero la rechazó. Este año la aceptó, lo cual le generó “mucha ilusión” porque era algo que nunca antes había experimentado, y se preparó con pruebas de concursos de años anteriores.

GANADOR DE LA FASE AUTONÓMICA

El joven había ganado con anterioridad la primera posición en la fase autonómica celebrada en febrero en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Navarra. A esa prueba, explica el joven, “se presentaron unas 100 personas”, de las cuales solo tres pudieron acudir a la fase nacional: él y dos alumnos más, Alejandro Monroy, del IES Ribera del Arga de Peralta; y Alejandra Domínguez, del IES Basoko de Pamplona.

La fase autonómica consistió “en una prueba teórica de dos horas y con 130 preguntas tipo test que no restaban si se respondían de manera incorrecta”. En cambio, para la fase nacional, que congregó a 59 estudiantes de todo España (aquellos con mejores resultados en las fases autonómicas), Quintana se enfrentó a dos pruebas teóricas de 75 preguntas tipo test cada una. La primera versaba especialmente sobre botánica y la segunda sobre genética. Tuvo la sensación de que esta segunda parte le había salido mal, ya que “no había tiempo suficiente y fue necesario hacerlo rápido”.

Más tarde, en una imagen ultravioleta observó cadenas de ADN de tres especies de merluza y tuvo que determinar a qué especie pertenecía cada una. Esta prueba le resultó “muy fácil”.

Hubo otras tres pruebas que le resultaron “más difíciles”: una tinción de Gram, consistente en mirar en microscopio muestras de agua y averiguar la especie de bacteria cultivada en ellas; distinguir un frotis bucal; e identificar, en una hora, diez especies de insectos introducidos en tres botes. Tal y como explica, la dificultad de estos ejercicios residía en que “había que mirar con lupa y con mucho detalle”.

FASE INTERNACIONAL Y FUTURO

Este año la fase internacional de la Olimpiada de Biología tendrá lugar en Ereván, Armenia, del 10 al 17 de julio de 2022. Antes de esto, Quintana y los otros tres españoles galardonados con la medalla de oro (el andaluz Daniel Bulnes, el salmantino Pablo Gómez y el catalán Vittorio Scarani) pasarán una semana en Madrid preparándose. El navarro explica que “esta fase supone una mayor seriedad porque exige estar más preparado e intentar dándolo todo”. Apunta asimismo que “los ganadores finales de la Olimpiada suelen proceder de Asia Oriental, donde se les entrena especialmente para este tipo de certámenes”.

A partir de septiembre, José Javier Quintana estudiará Bioquímica (orientada a Biomedicina) en la UN, para lo cual ya tiene plaza reservada. Una vez finalizada la carrera quiere estudiar un máster y un doctorado y dedicarse a la investigación.

SU FRASE

“Veía posible ganar alguna condecoración, pero no esperaba lograr el primer premio, la medalla de oro”

José Javier Quintana

Estudiante de Bachillerato