La prevalencia del asma mantiene una tendencia creciente en Navarra pero no ha causa de la pandemia de covid-19. En la Comunidad Foral, más de 40.000 personas padecen asma, de los que el 38% (unos 16.000) son niños o adolescentes. Se trata de una enfermedad crónica que va aumentando su presencia en la población año a año, según explica Pilar Cebollero, jefa del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Navarra (HUN). La prevalencia del asma, apunta la neumóloga, se sitúa en torno al 5% de la población, siendo más alta en la población infantil y adolescente, con una prevalencia que se eleva en torno al 12%.

Pese a que los diagnósticos de asma -enfermedad de la que este martes se celebra el día mundial- se van incrementando año a año, la pandemia de coronavirus no ha tenido un impacto que se haya traducido en un aumento significativo de los diagnósticos, más bien al contrario. “Las fuertes medidas que se han ido aplicando durante estos dos años de pandemia han hecho que haya habido algo de infradiagnóstico. El llevar mascarillas y el salir menos de casa previene también contra el asma”, aclara Cebollero, que indica que el infectarte de covid-19 no aumenta el riesgo de padecer asma, aunque si ya eres asmático las probabilidades de cursar un covid grave o de empeorar tu asma aumentan.

En cuanto a los factores que hacen que cada vez haya más presencia de asma entre la población, destacan el cambio en los estilos de vida y la contaminación. “Cada vez estamos más expuestos a la contaminación y llevamos estilos de vida que son más propensos a la aparición del asma. Un factor de riesgo es la obesidad y también que ahora no estamos tanto en contacto con el campo, con los animales, etc. Eso hace que estemos ‘más limpios’ -por decirlo de alguna manera- y que nuestro sistema inmunitario no esté tan preparado”, apunta la jefa de Neumología del HUN.

La pandemia no ha aumentado el diagnóstico de asma, pero sí que ha habido pacientes que al contagiarse han tenido complicaciones. “Inicialmente, durante la primera ola, no registramos muchos casos de asmáticos contagiados de coronavirus, luego fueron aumentando, ha dependido de las fases de la pandemia. Lo que sí que hemos tenido es complicaciones de pacientes que se contagiaban, de covid-19 y también de gripe”, insiste y añade que para los pacientes más graves, “se hace necesaria una atención más personalizada con fármacos más avanzados”. Esta atención, prosigue Cebollero, se ofrece en la Unidad de Asma Grave de Alta Complejidad del Servicio de Neumología del HUN.

Debuta “a cualquier edad”

El asma es una enfermedad respiratoria crónica, que cursa con inflamación de distintos tipos y que provoca síntomas como tos, ruidos al respirar -en forma de “pitidos” o sibilantes- o sensación de falta de aire o disnea. En cuanto al momento de aparición de esta enfermedad, Cebollero señala que “puede debutar a cualquier edad y puede tener distintos grados de severidad”, necesitando por tanto, diferentes niveles de tratamiento. El más extendido son los broncodilatadores y corticoides inhalados aunque en los casos más graves, según el tipo de inflamación, “se precisa incluso tratamiento biológico con anticuerpos monoclonales”.

“Si la enfermedad no está adecuadamente controlada los síntomas pueden ser frecuentes y acompañarse de exacerbaciones (empeoramiento de los síntomas habituales) que requieren de una intensificación en el tratamiento, asistencia urgente o incluso ingreso hospitalario”, matiza la neumóloga, que apunta que aunque se trata de una enfermedad crónica sin cura, puede haber personas que estén años sin padecer síntomas.