donostia - La autopsia de Santi Coca, el menor donostiarra fallecido tras una pelea en Donostia, sostiene que los traumatismos que sufrió el joven fueron "de escasa entidad" y no es concluyente respecto a las razones de la hemorragia cerebral que acabó con su vida, sin decantarse entre una causa "homicida" o "natural".

El informe de la necropsia realizada por el Servicio de Patología Forense del Instituto Vasco de Medicina Legal sostiene que la causa "fundamental" de la muerte fue una "hemorragia subaracnoidea" que le provocó la "destrucción de centros vitales encefálicos", si bien aclara que la razón de este sangrado resulta "indeterminada", sin decantarse entre un posible origen traumático o natural.

Santi Coca falleció, tras permanecer dos días en coma en el hospital, después de sufrir una agresión la madrugada del pasado 26 de abril por parte de un grupo de personas en el exterior de una céntrica discoteca donostiarra, en una zona comprendida entre el Ayuntamiento y el Real Club Náutico, al inicio del Paseo de la Concha.

En este lugar se produjo una reyerta, al parecer a raíz de una discusión por un paquete de tabaco, en la que el menor fallecido, que residía entre la capital guipuzcoana y Reocín (Cantabria), resultó gravemente herido. Equipos sanitarios desplazados al lugar le practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar tras lo cual fue trasladado en estado de extrema gravedad al Hospital Donostia, donde falleció dos días después.

La Ertzaintza detuvo a siete jóvenes por su presunta relación con estos hechos, si bien el Juzgado de Guardia ordenó prisión provisional para seis de ellos: tres chicos rumanos, uno de origen argelino, otro marroquí y un español, quienes se encuentran encarcelados desde el 29 de abril.

"En relación a la etiología médico legal, la valoración de los hallazgos, con ausencia de suficiente intensidad lesional en cráneo y a nivel encefálico, no permite descartar otra posible causa de hemorragia subaracnoidea, por lo que la causalidad médico legal debe establecerse como indeterminada entre la posibilidad de un traumatismo en el transcurso de una agresión y la posibilidad de una etiología no traumática o natural no detectada a pesar de los estudios realizados", explica el documento del Servicio de Patología Forense del Instituto Vasco de Medicina Legal. El texto también determina que el joven, que presentaba un nivel de etanol de 0,85 gr/l en la analítica que se le práctico en Urgencias, sufrió "traumatismos de escasa entidad", como "equimosis, eritemas y erosiones" en el polo cefálico, en la región mandibular, en el brazo izquierdo y las extremidades inferiores, si bien "no se han hallado lesiones de defensa o lucha" en las manos del fallecido.

El escrito aclara asimismo que la lesiones de la región cefálica "pueden ser compatibles", a nivel temporal derecho, con un impacto directo por un objeto o parte corporal de bordes romos y, a nivel occipital, con un impacto indirecto "contra una superficie plana", como una pared o el suelo.

No obstante, la autopsia subraya que estas lesiones no fueron "de suficiente intensidad como para provocar fracturas en los planos craneales subyacentes ni lesiones cefálicas por contusión, ni lesiones encefálicas por aceleración o deceleración".

El documento recoge igualmente que la agresión, "con pérdida de conciencia", se produjo en "un breve período de tiempo" de un minuto, entre las 5.03 y las 5.04 de la madrugada, "con parada cardiorrespiratoria reanimada y traslado al hospital", donde ya le fue detectada la existencia de una "hemorragia subaracnoidea" junto a un "edema cerebral" en el momento de su ingreso, que evolucionó posteriormente a "muerte cerebral" por "destrucción de centros vitales encefálicos".

Respecto a esta "hemorragia subaracnoidea", el informe forense insiste en que no se han encontrados hallazgos de "origen traumático" pero tampoco "relacionados con los mecanismos habituales no traumáticos". "Debido a que no se presentan en el polo cefálico lesiones asociadas de suficiente entidad -añade-, no es posible descartar que la hemorragia subaracnoidea se deba a la existencia de una rotura no traumática de alguna estructura vascular de pequeño calibre, que se destruye al sangrar o se colapsa en los fenómenos de edema cerebral asociado".

En este sentido, la necropsia señala que este tipo de roturas no traumáticas "se describe como asociada a ocasionales aumentos bruscos de la tensión arterial, sobreesfuerzos o de manera espontánea", al tiempo que desvela que la "bibliografía" médica también recoge "la posibilidad ocasional de hemorragia subaracnoidea sin presencia de impacto". - Efe