El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Tudela ha condenado a un conductor como autor de un delito contra la seguridad vial a pesar de que el radar de la Policía Foral que le detectó a 193 km/h no pudo captar su matrícula, precisamente por la gran velocidad a la que circulaba por la carretera NA-160, en un tramo de 90 km/h. La juez impone al procesado una multa de 960 euros y le retira ocho meses el carné de conducir.

Los hechos ocurrieron el pasado 21 de marzo, cuando la Policía Foral instaló un control en el punto kilométrico 4,500 de la vía NA-160 (Tudela-Fitero) en sentido decreciente (Tudela). La patrulla de apoyo al cinemómetro encargada de la intercepción y control de los vehículos, identificación y notificación de las infracciones estaba situada en el punto kilométrico 3,500 de la misma vía.

A las 14.11 horas, el cinemómetro de la Policía Foral midió y fotografió a un turismo marca Audi modelo A4 de color rojo a una velocidad de 193 km/h en una vía limitada para dicho vehículo a 90 km/h. Acto seguido el agente informante facilitó la descripción muy precisa del vehículo infractor (marca, modelo, color, llantas características…) a la patrulla de apoyo, que lo interceptó segundos después.

Una vez identificado el conductor y tras comprobar antecedentes en las bases policiales, se le realizó una prueba de detección de presencia de drogas en el organismo mediante un test de saliva, en el que arrojó un resultado positivo en cocaína. También figuraba en bases policiales que la persona reseñada no había realizado el curso de reeducación y sensibilización obligatorio tras el complimiento de una condena penal anterior, motivos por los que fue denunciado administrativamente.

NO LO PERDIERON DE VISTA

La fotografía realizada por el radar de la Policía Foral, empleada como medio de prueba, no captó la zona donde el automóvil porta la placa de matrícula debido, principalmente, al elevado exceso de velocidad del automóvil, y que junto con la adecuada configuración necesaria de los parámetros de la cámara (velocidad de exposición, apertura de diafragma…) para que las fotografías sean optimas, acabó saliéndose fuera del encuadre fotográfico predispuesto.

A pesar de esta circunstancia, los agentes pudieron comprobar tras su interceptación, que el vehículo se correspondía con el captado por la cámara del cinemómetro, coincidiendo a su vez con todos los datos y características facilitados por el operador de radar al equipo de control. Además, el agente que realizó la detención del vehículo hizo constar en el atestado que no perdió “en ningún momento el control visual del vehículo infractor hasta su llegada a la zona de control, certificando indubitadamente que no realiza ningún tipo de parada o desvío en su recorrido desde el punto donde se encuentra posicionado el cinemómetro hasta su detención y control, así como la ausencia en el transcurso de esos escasos 25 segundos de otro vehículo de las mismas características y en el mismo sentido de circulación en esa vía”.