Ricardo Hernández Jiménez, de 46 años y vecino de Tudela, tardará tiempo en olvidar la tarde de este lunes. Su madre, Mari Carmen, de 74 años, merendaba en el salón un sándwich cuando se atragantó con un bocado. "Fueron tres minutos eternos. Mi madre estaba cambiando de color y no respiraba. Le dije: lo vamos a conseguir". Y usando los conocimiento de primeros auxilios que adquirió en su juventud, también como socorrista, el hombre salvó la vida a su madre aplicándole la maniobra de Heimlich, indicada para actuar frente a atragantamientos.

El incidente sucedió en el domicilio familiar, en la capital ribera, sobre las 18.30 horas de este lunes. Ricardo, conocido por su papel de coordinador de la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra, Gaz Kaló, se encontraba en un dormitorio cuando escuchó "algunas voces en el salón. Mi madre estaba merendando con mi hermana y cuando fui a ver qué pasaba, la vi un poco apurada. Me acerqué y vi que mi madre estaba atragantada", ha relatado.

En ese momento, Ricardo experimentó "un momento de serenidad", que a la postre fue vital. "Yo tengo dos cursos de primeros auxilios, uno básico que hice de joven con Cruz Roja y también estoy titulado en socorrismo de piscina. Tenía interiorizado que tenía que hacer la maniobra de Heimlich". Su madre "no respiraba y cada vez estaba más angustiada, estaba cambiando de color, se le iba la vida".

YA LE PASÓ EN BILBAO

Ricardo recuerda que "hace 5 o 6 años me ocurrió algo parecido en Bilbao, en un restaurante, con un chaval. Su padre se levantó apurado y les pregunté qué pasaba. Estaba atragantándose con la comida y le hice la misma maniobra, hasta que conseguimos que respirase". En esta ocasión, la que estaba en situación de máximo riesgo era su madre. "Mi hermana gritaba que se va, que se va... Cogí a mi madre y le dije: tranquila, lo vamos a conseguir".

Mientras su hermana se mantenía en comunicación con el 112. Ricardo agarró a su madre por la espalda para efectuarle la maniobra de Heimlich. "El objetivo es llegar a la altura del esternón y con el puño hacer fuerza y subir hacia arriba. Eso hace que la caja torácica funcione como un fuelle y lo que está atascado suba para arriba. Fueron tres minutos eternos hasta que conseguí un hilo de respiración. Si pasan unos segundos más, la hubiéramos perdido".

FORMACIÓN EN PRIMEROS AUXILIOS

La mujer "echó algo de vómito y la puse en postura lateral de seguridad. Había perdido el color, pero vi que ya podía respirar. El mensaje que quiero lanzar es que los primeros auxilios deben enseñarse en el colegio en Primaria y Secundaria. Tener esos conocimientos me han ayudado a salvarle la vida a mi madre. Si no sabes qué hacer, la reacción instintiva es pegar palmadas en la espalda y eso no sirve de nada para desbloquear un atragantamiento".

Ricardo explica que "mi madre está operada del corazón. Si tardamos un poco más en conseguir que respirase, habría entrado en parada y habría sido difícilmente recuperable. Hoy estaríamos de velatorio". Tras la llegada de los agentes de la Policía Municipal y de los facultativos, la mujer acudió al Hospital Reina Sofía, donde fue examinada y se comprobó que todo estaba bien. "Quiero dar las gracias a todos, también al 112, por su atención", concluye.