Samuel Luiz Muñiz, un joven de 24 años que trabajaba como auxiliar de enfermería en una residencia gerontológica, murió hace un mes por un linchamiento colectivo. Hay seis detenidos, cifra que puede subir; y quedan incógnitas por despejar de este crimen que conmocionó a España, sobre todo respecto a las armas utilizadas.Fue golpeado con una botella de cristal, eso se ha comprobado, y se investiga también si con un objeto metálico por determinar.

A lo largo de estos 31 días -que se han saldado con esa media docena de arrestados, la regularización de la situación de dos migrantes y el reciente levantamiento del secreto de sumario-, el grito contra la LGTBIFobia se ha oído en todos los rincones del país, aunque la Policía no ha confirmado que este sea el móvil de la atroz paliza.

La noche del 3 de julio el chico, que era vecino del núcleo coruñés de Meicende, salió con una amiga para celebrar la reapertura del ocio nocturno. En el transcurso de la noche decidieron ponerse en contacto por videollamada con otra colega mientras se hallaban en las inmediaciones de una discoteca del paseo marítimo de la ciudad de A Coruña.

Cuando giraron el celular, el primer agresor comenzó a increparlo, ya que pensó que Samuel y su amiga lo estaban grabando. En ese momento habría pronunciado la palabra "maricón".

Un amigo del atacante se sumó a continuación al acto irracional y agarró a Samu por el cuello haciéndole un "mataleón", es decir, sorprendiéndolo por la espalda para rodear con un brazo su cuello, como explicó el lunes en una rueda de prensa el comisario Pedro Agudo.

Luego, llegaron los demás, según el relato policial ofrecido.

Ninguno conocía a Samuel pero le pegaron insistentemente mientras él estaba tirado en el suelo, hasta que lo mataron a causa de una "multitud de golpes" en la cabeza.

Así consta en la autopsia que concluye que un severo traumatismo craneoencefálico provocó el trágico desenlace.

Testigos apuntan a que una persona sacó una navaja del bolsillo y se puso a dar patadas mientras el sanitario, indefenso, estaba en el suelo. Hay que certificar si el instrumento cortante se usó a modo de amenaza.

"Seis minutos fatales". Esta sí es una realidad constatada. Y es la manera en la que describió el vil episodio el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones.

La acometida comenzó a las 2.58 y finalizó a las 3.04 horas en un recorrido de 150 metros desde el punto inicial hasta el número 2 de la Avenida de Buenos Aires.

Ya a las pocas horas de su muerte, se incendiaron las redes sociales y comenzó el movimiento "Justicia para Samuel" cuando sus amigos apuntaron a su condición sexual como detonante de la barbarie.

El lugar donde se produjo su fallecimiento se convirtió en un altar improvisado en el que la gente dejó peluches, velas, flores y mensajes para honrar su memoria.

El padre de la víctima, Max Luiz, expresó en un papel que depositó en esa zona cero el dolor de la familia por haberle sido arrebatada "la única luz" que iluminaba su vida.

Después de una multitudinaria concentración que abarrotó la plaza de María Pita el día 5 del mes pasado, las amigas de Samuel se encontraron con Ibrahima, un joven senegalés que intentó ayudar a Samuel y también fue agredido. Ellas le dieron las gracias por su acto y comenzaron a pedir que se regularizase su situación.

Al día siguiente, la Policía detuvo a tres jóvenes de entre 20 y 25 años, dos hombres y una mujer. Ahora se sabe que el informe de ADN implica, sin duda, a estos dos varones con la agresión.

En la noche del día 7, la Policía arrestó al cuarto joven, de entre 20 y 25 años. Se le achaca también un delito de apropiación indebida por haberse quedado supuestamente con el teléfono móvil de Samuel.

El 9 de julio los cuatro pasaron a disposición judicial. Entonces la joven quedó en libertad y los tres varones fueron enviados a la prisión de Teixeiro, donde continúan. Ese día fueron detenidos dos menores e internados en un centro.

Ya sin reserva sobre las actuaciones, ha trascendido que la Policía registró la casa de uno de ellos, que tiene antecedentes penales, y le intervino un objeto metálico que pudo haber sido empleado en la agresión. Se comprobará.

El 14 de julio la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña alzó el secreto de sumario, pero la Fiscalía recurrió el levantamiento a la Audiencia Provincial, que le dio la razón. En ese momento eran 26 las pruebas testificales, mientras que ahora son 41.

Con posterioridad, la jueza instructora ratificó el día 16 de julio la prisión provisional para los tres varones mayores de edad detenidos.

Ya el día 27 el Gobierno concedió el permiso de residencia y trabajo a los senegaleses Ibrahima Diack y Magatte Ndyae, pues ambos intentaron auxiliar a Samuel, el primero con peor fortuna.

De hecho, a los presuntos autores de la muerte violenta de Samuel se les achaca también un delito contra la integridad de la vida en grado de tentativa contra Ibrahima, quien recibió golpes por cubrir a la víctima.

Este 2 de agosto la jueza retiró el secreto y el delegado del Gobierno ofreció una rueda de prensa junto al jefe superior de Policía de Galicia, José Luis Balseiro, y al comisario jefe de la brigada provincial de la policía judicial de la Jefatura Superior de Policía, Pedro Agudo, en la que desgranaron los detalles del caso, los que se saben y los que están por cotejar.