El responsable de una explotación ganadera del Pirineo navarro ha sido imputado por dejar morir de hambre a 36 de sus animales, 27 ovejas y 9 vacas. El hombre de 53 años está acusado de dos delitos de maltrato animal continuado por abandono en lugar cerrado. Además, agentes de la Policía Foral adscritos al Grupo de Investigación Medioambiental investigan el paradero de otras 23 ovejas y 4 vacas que forman el resto de la explotación ganadera.

Un policía foral de la Brigada de Protección Medioambiental y un veterinario del Gobierno de Navarra acudieron recientemente a inspeccionar una explotación ganadera situada en una localidad del pirineo navarro, debido a que el responsable de los animales había comunicado la baja del censo al Servicio de Ganadería.

En el lugar encontraron los restos de 26 cráneos de ovinos entre pieles y restos óseos. Además, en otra zona descubrieron 9 vacas en estado de putrefacción (encadenadas por sus cuellos a los pesebres), así como un ovino descompuesto.

De acuerdo al estado de los cadáveres, los investigadores concluyeron que el imputado habría dejado los animales encerrados en la borda y habría dejado de alimentarles hasta que murieron por inanición, momento en que solicitó la baja definitiva de los animales en el censo del Departamento de Ganadería. Además, meses más tarde habría dejado atadas a nueve vacas a sus pesebres, sin comida, hasta que fallecieron.

Cabe destacar que tanto un ovino como un bovino pueden tardar entre 15 y 20 días en morir en esas condiciones.

Se da la circunstancia de que el lugar en el que se encuentran la explotación está rodeado de abundantes prados, donde los animales podrían haber sobrevivido estando en libertad, lo que permite concluir que el investigado deliberadamente ocasionó su muerte por inanición.

Las diligencias propias del atestado han sido remitidas al Juzgado de Instrucción de Aoiz/Agoitz y a la Fiscalía de Medioambiente de Pamplona.