"Me golpeó con una botella de tequila en la nariz, me la fracturó, y entonces fue cuando me abalancé encima de él y nos caimos al suelo. Al verme allí, fue cuando me percaté de que tenía mi dedo en la boca y de que me lo estaba mordiendo y que me brotaba sangre". El relato de estos hechos se remonta a la tarde del 1 de diciembre de 2019 en el interior de un bar del barrio de San Jorge de Pamplona.

Ahora, casi tres años después, la escena se ha recordado este miércoles en una vista oral en la Sección Primera de la Audiencia en la que el presunto autor del mordisco, J.A.M., vecino de la Comarca de Pamplona de 36 años, se enfrenta por los delitos de lesiones y daños a una pena máxima de 6 años de prisión, que le reclama la acusación particular.

La Fiscalía le pide 3 años y ambos, la expulsión del país. La víctima, el autor del entrecomillado inicial, será operado el próximo 25 de abril del dedo anular de su mano izquierda que, debido a una infección originada por aquel mordisco, será presumiblemente amputado.

De aquel episodio el acusado solo recuerda que había consumido abundante alcohol y drogas y que llevaba en el bar desde las 7.00 horas, cuando el incidente ocurrió diez horas después. Dijo que todo se produjo al salir del bar, porque la víctima le metió la mano en la cremallera del pantalón y le rompió una chaqueta valorada en 400 euros.

"Llevaba mucho dinero encima y le dije a ver qué hacía buscándome algo. Entonces él me dio un empujón en el pecho y le dije que saliera fuera. Empezamos a pelearnos a puñetazos y de repente vi que dos personas se abalanzaban sobre mí y yo lo único que hice fue defenderme", testificó el acusado, que solo respondió a preguntas de su abogado.

COMPATIBLE CON MORDEDURA HUMANA

La víctima ofreció otra versión. Después de coincidir ambos dentro del bar, el dueño sacó fuera al acusado y el ahora herido fue a hablar con él: "No le conocía, pero como era dominicano intenté hablar con él para tranquilizarle. Entonces, le dio un botellazo a la cristalera de la puerta y la partió. Y a continuación me golpeó y me fracturó el tabique nasal. No le di ningún motivo, ni habíamos hablado. Entonces, intenté agarrarle para defenderme, caimos al suelo y fue cuando todo ocurrió".

Desde entonces no tiene movilidad en el dedo anular. Los agentes de la Policía Municipal de Pamplona que intervinieron manifestaron que, a su llegada, vieron enzarzados a dos hombres y que el acusado le pegó entonces un puñetazo a la víctima en la cara. Este presentaba sangre en la nariz y en la boca, dijeron. No reflejaron la herida del dedo.

Pero los médicos que atendieron en Urgencias al paciente sí declararon que aquella herida en el dedo era compatible con la de un mordisco humano y que la fractura del tabique también podía ser producto de un golpe con un objeto romo.