londres - El sistema migratorio que implementará el Reino Unido a partir de 2021, que vetará la entrada a trabajadores poco cualificados, disparó ayer las críticas entre compañías británicas de diversos sectores, que temen que se produzca una escasez de mano de obra.

La ministra británica del Interior, Priti Patel, argumentó que las restricciones que entrarán en vigor una vez termine la fase de transición del brexit deben servir para que las empresas formen y contraten a más trabajadores británicos.

El sector asistencial y la enfermería, la agricultura, la construcción y la hostelería, entre otros sectores en los que encuentran trabajo numerosos ciudadanos de la UE recién llegados al Reino Unido, temen las consecuencias de la nueva ley, que espera aprobar el Gobierno en los próximos meses. Esa legislación establecerá un sistema por puntos por el cual solo se otorgarán visados para residir en el país a trabajadores con un nivel de inglés acreditado y con una oferta de trabajo cualificado con un salario mínimo de 25.600 libras anuales (30.600 euros), entre otras condiciones. No habrá rutas migratorias previstas para personas que lleguen sin oferta laboral o bien que aspiren a trabajar como autónomos en el Reino Unido.

Con todo, el Gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, ha dejado abierta la puerta a modificar los criterios por los que se otorgarán puntos a los aspirantes a un visado en función de las necesidades del mercado laboral.

trabajo cualificado También ha rebajado su definición de trabajador cualificado, que hasta ahora encuadraba a las personas con un título universitario, pero que a partir de enero englobará a todos aquellos que hayan superado el bachillerato. Una vez el Reino Unido haya roto todos sus lazos con la UE, a partir del 1 de enero de 2021, el sistema migratorio británico dejará de distinguir entre europeos y emigrantes de otras partes del mundo. "Es el momento de que las empresas comiencen a invertir en la gente de este país", dijo la ministra de Interior. "Tenemos más de ocho millones de personas -el 20 % de la fuerza laboral- con entre 16 y 64 años que ahora mismo están económicamente inactivas", agregó Patel.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS), en el Reino Unido hay cerca de 8,5 millones de personas categorizadas como "económicamente inactivas", una clasificación distinta a "desempleado".

Entre ellas, 2,3 millones son estudiantes; 2,1 millones son enfermos de larga duración; 1,9 millones están cuidando a otras personas; 1,1 millones están retiradas antes de los 65 años y 160.000 son enfermos de corta duración. Otras 33.000 son "trabajadores desalentados" que han dejado de buscar empleo y 947.000 están clasificados como con "otras" razones para no trabajar.

La portavoz de Interior de la oposición laborista, Diane Abbott, advirtió de que va a ser difícil que las empresas británicas "atraigan a los trabajadores que necesitamos en todos los niveles de cualificación" debido al "ambiente hostil" al que en su opinión somete el Gobierno a todos los inmigrantes. La portavoz liberaldemócrata Christine Jardine indicó por su parte que la propuesta del Gobierno está basada en la "xenofobia" y no en "las necesidades sociales y económicas del país". También criticó los planes del Ejecutivo la líder de la organización favorable a la permanencia del Reino Unido en la UE, Naomi Smith.

"A las compañías se les está exigiendo con urgencia que eliminen los puestos de trabajo peor pagados con tecnología y automatización, pero la verdad es que muchos trabajadores con bajos salarios no pueden ser reemplazados por máquinas, al menos no en el sector asistencial", sostuvo Smith.

Desde Escocia, la ministra principal de la región británica, Nicola Sturgeon, afirmó que el futuro sistema será "devastador" para su economía.

Sturgeon afirmó que Escocia tiene una población envejecida que necesita mano de obra extranjera para sustentar su mercado laboral y que los cambios en la política migratoria complicarán la llegada de nuevos trabajadores.