La Unión Europea quiere acelerar la aplicación de nuevas sanciones a Bielorrusia, un paquete que ya está "casi preparado" y que podría ser aprobado incluso antes del próximo Consejo de Asuntos Exteriores del bloque comunitario. "Tenemos que movernos más rápidamente con las sanciones, los trabajos ya han empezado", dijo el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, tras una reunión informal de los cancilleres de los Veintisiete organizada en Lisboa.

Ese paquete de sanciones "económicas y sectoriales" está "casi preparado" y podría ser aprobado por escrito antes del próximo Consejo de Exteriores, previsto para el 21 de junio. Las posibles sanciones para Bielorrusia, después del aterrizaje forzoso de un avión comercial para detener a un periodista crítico con el régimen de Alexandr Lukashenko, fueron estudiadas durante la reunión informal de ministros, aunque Borrell insistió que no les corresponde a ellos tomar una decisión.

Cuestionado sobre si esas sanciones podrían afectar a las exportaciones de potasio y al gas, Borrell insistió en que no hay ninguna decisión tomada, pero que "no hay muchos sectores económicos que pueden ser afectados, porque las exportaciones de Bielorrusia están muy concentradas en algunos ámbitos".

"Estamos aumentando la presión sobre el régimen bielorruso para que respete las reglas elementales de la convivencia internacional", insistió el canciller portugués, Augusto Santos Silva, anfitrión de la cita.

A su llegada a la reunión, el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, ya había insistido en que no quedarían satisfechos "con pequeñas sanciones". "Queremos sanciones que presionen significativamente las estructuras económicas y financieras de Bielorrusia", defendió, y añadió que "sería importante" hablar con Rusia.

"Todos saben que sin Rusia y sin el apoyo ruso, Lukashenko no tendría futuro", dijo. El titular de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, fue más allá: "Lukashenko está jugando con Putin y ayudándole a anexionarse el país. Por eso debemos enviar señales a Rusia también, de que una anexión no caería bien en Europa", afirmó, y dijo que está "convencido de que Rusia sabía sobre lo que está pasando en Minsk".

Moscú bloquea vuelos de la UE

Y mientras los ministros de Asuntos Exteriores europeos debatían esas "sanciones económicas y sectoriales", Rusia elevó la tensión con Bruselas al bloquear tres vuelos de la Unión Europea (UE) a Moscú, al negar a Air France y a Austrian Airlines cambiar de ruta para poder eludir territorio bielorruso, en una muestra de apoyo a Bielorrusia en su enfrentamiento más reciente con Occidente.

"La Administración Presidencial no se dedica al control del tráfico aéreo", recalcó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria. El portavoz hizo este comentario después de que dos vuelos de la aerolínea Air France y uno de la austríaca Austrian Airlines con destino a Moscú tuvieran que ser anulados por la negativa rusa a ofrecerles una alternativa al sobrevuelo de Bielorrusia. "Un cambio de ruta debe ser aprobado por las autoridades. Las autoridades rusas no han emitido esa autorización", resumió una portavoz de Austrian Airlines el motivo por el que el vuelo entre Viena y Moscú tuvo que ser cancelado.

El Ministerio austriaco de Exteriores dijo que "la reacción rusa no guarda ningún tipo de proporcionalidad", y pidió a Moscú "no entorpecer de forma artificial el tráfico aéreo entre Rusia y Europa".

La aerolínea francesa a su vez tuvo que cancelar dos vuelos a Moscú debido a que las autoridades rusas exigen "una nueva autorización" para ingresar a territorio ruso tras el cambio de ruta.

La aerolínea rusa Aeroflot aprovechó el momento y anunció que algunos pasajeros de los vuelos cancelados volarán a Moscú con uno de sus aviones. Las dos compañías comunitarias, junto a otras muchas, decidieron seguir la recomendación del pasado día 24 por los líderes de la UE de que eviten el espacio aéreo de Bielorrusia, a cuyas aerolíneas -principalmente la estatal Belavia- los Veintisiete prohibió sobrevolar el espacio aéreo comunitario.