Con una impresionante exhibición de 48 puntos de LeBron James, Los Angeles Lakers, después de tres derrotas seguidas, vencieron en el partido que cerró la jornada especial de la NBA por el Día de Martin Luther King con apuros a los Houston Rockets (140-132), el equipo con el peor balance de la liga.

Tras convertirse en el segundo jugador en la historia en alcanzar los 38.000 puntos, LeBron dio un recital con su mayor anotación de la temporada y sumó también 8 rebotes y 9 asistencias.

Las recientes derrotas ante los Dallas Mavericks y los Philadelphia 76ers escocieron en Los Ángeles, especialmente esta última con las críticas de LeBron y Russell Westbrook a los árbitros por no pitar falta en la última defensa de Joel Embiid. Con este panorama, la visita de los Rockets llegaba en el momento perfecto. Inmersos en una reconstrucción radical, estos jóvenes Rockets se presentaron como colistas del Oeste y con una dolorosa mochila de diez derrotas consecutivas. Sin embargo, los Lakers dieron una imagen gris: LeBron extendió su magnífico momento pero el equipo acusó los descansos de su estrella, careció de continuidad y sufrió para superar a un conjunto muy débil.

Westbrook aportó 24 puntos y los Lakers lograron el registro más bajo de pérdidas en la historia de la franquicia con solo 2 balones perdidos.

En los Rockets, el turco Alperen Sengün firmó la actuación de su vida con 33 puntos (con un alucinante 14 de 17 en tiros), 15 rebotes y 6 asistencias.

Sea como fuere, el mejor volvió a ser el rey, LeBron James, que apareció en los momentos claves del choque para darle la victoria a los suyos. Los angelinos eran incapaces de despegar en el marcador cuando el alero desansaba, y los Rockets, tras un taponazo de Sengun y un mate de Kenyon Martin Jr., se pusieron a solo 3 puntos con cinco minutos para el final del partido (119-116).

Darvin Ham optó en el desenlace por un quinteto bajo de los Lakers que fue un auténtico coladero en defensa. Tanto es así que los Rockets, con 1:36 por jugarse, tuvieron posesión para empatar o ponerse por delante.

Sin embargo, Green perdió el balón y Westbrook y LeBron permitieron que los Lakers, por fin, respiraran tranquilos para acabar llevándose el encuentro (140-132) .