Desde que el pasado mes de noviembre Jordi Bertomeu dejara de ser el presidente de la Euroliga, Dejan Bodiroga se convirtiera en su sucesor y Marshall Glickman en el CEO, no se han tomado decisiones que supusieran un giro radical para el torneo, pero eso está cerca de acabar este mes de marzo. La segunda mejor liga de baloncesto del mundo después de la NBA se encuentra ante un dilema que podría cambiar por completo su destino de los próximos años y sobre el que deberá pronunciarse en la trascendental reunión de la junta que tendrá lugar en la segunda quincena de este mes de marzo: Dubai sí o Dubai no.

Según informan Mundo Deportivo y RAC 1, la Euroliga tiene una importante oferta sobre la mesa de la ciudad de los Emiratos Árabes Unidos, que está dispuesta a entrar en el negocio y aportar la jugosa suma de 150 millones de euros en seis años, algo que dotaría al torneo de mayor músculo económico y solvencia financiera. Sin embargo, para ello debería aceptar las condiciones que exige Dubai y que supondrían importantes cambios en la constitución del torneo. En primer lugar, el emirato exige tener un equipo de Dubai en la competición y, en segundo, que la Final Four del torneo tenga lugar allí en los años 2025 y 2029.

El deseo de la ciudad de incorporarse a la Euroliga no era ningún secreto y, de hecho, ya entró en las quinielas para albergar la Final Four de 2023, que finalmente se celebrará en Kaunas. Ambas partes llevan en contacto desde hace más de un año y, de hecho, el pasado mes de octubre representantes de los 13 clubes propietarios del torneo viajaron a Dubai para conocer mejor la ciudad y el proyecto, liderado por el multimillonario Abdulla Al Naboodah, propietario del Dubai Basketball Club. Todos estos contactos se han intensificado en los últimos meses y han derivado en la mencionada reunión, que será una de las más importantes de la historia del torneo y en la que los clubes propietarios (Baskonia, Real Madrid, Barcelona, Fenerbahce, Anadolu Efes, Olympiacos, Panathinaikos, Maccabi Tel Aviv, Armani Milán, CSKA Moscú, Zalgiris Kaunas, Asvel Villeurbanne y Bayern de Múnich) deberán decidir mediante una votación si permiten la entrada de Dubai en el máximo torneo continental.

Diversas incógnitas

Los beneficios económicos de esta alianza irían más allá de la inyección de 150 millones que aportaría directamente Dubai, ya que a ello habría que sumarle los ingresos derivados de la apertura al mercado de Oriente Medio, con la posible incorporación de nuevos patrocinadores procedentes de las multimillonarias empresas de los Emiratos Árabes Unidos.

Sin embargo, esto despierta algunas incógnitas, como qué sucederá con el patrocinio de Turkish Airlines, actual naming sponsor del torneo, que tiene contrato hasta 2025. Dubai pretende que sea sustituida por su aerolínea, Fly Emirates. Cabe recordar también que la empresa IMG cuenta con los derechos de explotación comercial de la Euroliga hasta 2026, por lo que seguro que la internacional estadounidense tiene algo que decir al respecto y puede que se lleve un bocado de los nuevos ingresos.

Otro de los quebraderos de cabeza para el torneo sería el hecho de tener que hacerle un hueco al nuevo equipo de Dubai en la liga, que ya cuenta actualmente con un apretadísimo calendario con 34 partidos de fase regular que apenas da tregua a los equipos y a los jugadores, que deben compaginarlo con los torneos nacionales. En este sentido, una de las alternativas que se baraja y que ya se dio a conocer anteriormente es la de dividir el torneo en dos divisiones de once equipos cada una y hacer que se enfrenten contra los de su misma división a ida y vuelta y con los de la otra división en un solo partido, pasando la liga regular a 31 encuentros en total.

Los London Lions, que visitaron el Buesa Arena en pretemporada, están bien situados para llegar a la Euroliga en 2024. JORGE MUÑOZ

Eso sí, esto supondría que los pabellones se quedarían sin ver a algunos de los clubes de la otra división en acción. El deseo de Dubai, por otro lado, es el de mantener el actual formato, ya que disputar más partidos supondría también mayores ingresos, aunque esto implicaría convertir casi todas las semanas del calendario en dobles jornadas europeas o adelantar el inicio de temporada y atrasar el final, con las consecuentes colisiones con los compromisos de selecciones de la FIBA.

Se pretende incorporar dos nuevos equipos en 2024, preferiblemente de París y Londres (Paris Basketball y London Lions, que ingresaron el pasado verano en la Eurocup, son los mejor situados), dos más en 2026 y otros dos en 2028 hasta alcanzar los 24. En caso de ingresar Dubai con su propio equipo, la idea es que participe por primera vez en el curso 2024-25 y en verano de 2025 se sume al resto de clubes propietarios como un accionista más y adquiera plaza fija.

Los beneficios económicos a corto plazo de este acuerdo para la Euroliga son evidentes. Sin embargo, los 13 clubes que conforman la cúpula del torneo deberán debatir sobre los riesgos que suponen en el plano deportivo permitir la entrada de un club con un presupuesto muy superior al del resto de participantes que pueda desvirtuar la competición. No será necesario esperar mucho para conocer lo que deparará el futuro a la Euroliga.