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El Helvetia Anaitasuna, un barco a la deriva

Fallón en ataque, arrastrado por la ansiedad, pierde una oportunidad de oro de cara a la salvación tras caer en casa ante el Villa de Aranda

El Helvetia Anaitasuna, un barco a la derivaIñaki Porto

HELVETIA ANAITASUNA 22

VILLA DE ARANDA 32


Helvetia Anaitasuna (11+11) Cancio (portero), Ganuza (4), Alonso Moreno (1), Pereiro, Aitor García (5), Redondo (3, 2p) y Elustondo (2) –siete inicial–. Santamaría (portero), Aitor Albizu (4), Pablo Castro, Zungri (1), Pablo Itoiz, Kisselev (1p), Ernesto Goñi, Xavi González (1) y Adrián Ortiz.

Tubos Aranda Villa de Aranda (16+16) Pau Guitart (portero) (1), Huix (4), Megías (4), Rogonovs (3), Pereira (2), Enebral (4, 1p) y Tamayo –siete inicial–. Vyunyk (portero), Fischer, Pinillos (8, 2p), Pol Roy, Berbel (2, 1p), David López (2), Samuel Saiz y Mosquera (2). 

Marcador cada cinco minutos 1-4, 3-6, 4-9, 4-10, 7-14, 11-16 (descanso), 13-18, 15-19, 17-24, 19-27, 20-29, 22-32 (final).

Árbitros Alberto Macías de Paz y Ernesto Ruiz Vergara (Andalucía). Excluyeron por los locales a Aitor García; y por los visitantes a Ficher (2) y a David López.

Pabellón Anaitasuna. Unos 900 aficionados. Alrededor de 70 procedentes de Aranda. Antes del partido fue homenajeado el pelotari Joseba Ezkurdia, reciente campeón del Parejas junto a Rezusta.


No era un día para fallar. Y se falló. El Helvetia Anaitasuna perdió este viernes con estrépito en casa ante el Tubos Aranda Villa de Aranda por 22-32 y se complica la vida en su pelea por la salvación. Porque las oportunidades se van agotando, quedan seis jornadas para finalizar la Liga y, para empezar, el siguiente rival es el Barça en el Palau. El escenario da miedo.

Los navarros fueron víctimas de ellos mismos. De su ansiedad y de la presión. No había forma de que el balón encontrase red. De finalizar las jugadas. Unas veces por las intervenciones providenciales de Pau Guitart bajo palos –firmó un 47% de efectividad–. Pero, muchas otras, la mayoría, por los errores de los propios lanzadores de Anaitasuna. En ataque se estancaban, parecían atenazados. Nerviosos. Mientras que su oponente estaba más certero.

Víctor Enebral, con tres goles, dio de inicio el primer golpe para el Villa de Aranda, mientras que la única contestación local llegaba por medio de Aitor Albizu. Víctor Megías, a la contra, ya ponía la primera gran diferencia (1-4, m.3) tras un robo defensivo. Los arandinos funcionaban en la retaguardia, donde Guillermo Fischer –que acabó con dos exclusiones ya en la primera parte– era su baluarte.

Quique Domínguez se vio obligado a pedir tiempo muerto cuando su rival se puso a cuatro (3-7, m.10), pero las rotaciones que llevó a cabo no parecían surtir efecto. Redondo fallaba desde los 7 metros, Guitart le desbarataba una contra mano a mano al extremo pamplonés, Pablo Itoiz la picaba demasiado... El Helvetia, que estuvo siete minutos sin marcar, se enredó en su propia ansiedad, mientras que los de Javier Márquez aprovechaban la coyuntura. David López puso ocho goles de renta en el m.23 (5-13) y a los navarros se les hacía ya demasiado cuesta arriba el partido.

El capitán Aitor García le puso un pañuelico rojo a Joseba Ezkurdia, campeón del Parejas de pelota.

Faltaba, además, contundencia en la defensa. Marcos Cancio lo notaba y apenas oponía resistencia bajo los palos. Dani Santamaría acabó por sustituirle. En un arreón final, Elustondo, Aitor García –que vio la exclusión– y Xavi González lograron poner el electrónico con un 11-16. Cinco goles eran demasiados aún, pero la diferencia no era tan insalvable.

De la esperanza al pozo

Aitor García daba esperanzas a su equipo con un gol nada más reanudarse el partido y eso suponía ya cuatro tantos a remontar. Anaitasuna, que arrastraba aún alguna inseguridad en ataque, había salido más centrado. Aitor Albizu imprimió una marcha más a nivel ofensivo, lo cual agradeció su equipo para colocarse a sólo tres tantos (15-18, m.37). Acto seguido Pau Guitart desbarataba un lanzamiento del primera línea estellés que podía haber supuesto sólo dos goles de desventaja en el electrónico. Javier Márquez vio que era momento detener el tiempo y recomponer a su equipo.

El Villa de Aranda optó por atacar con siete y la estrategia pareció surtirle efecto. Las dudas, además, regresaron a Anaitasuna. Elustondo erró un siete metros, Xavi González hizo lo propio, mientras que el conjunto amarillo era más efectivo gracias a Megías, Rogonovs o Huix. Quique Domínguez pedía tiempo muerto, decidió atacar con siete, pero no le fue bien.

De esta forma, el Villa de Aranda –que había llegado a Pamplona con cuatro derrotas seguidas– empezaba a ganar terreno de nuevo. A hacerse dueño de un marcador que el Helvetia no controló en ningún momento. Ni las paradas que exhibía Dani Santamaría servían para la tranquilidad de los navarros.

Pinillos amplió la brecha hasta los nueve goles (17-26, m.46). Guitart seguía a lo suyo y detenía un tiro providencial a Albizu. Mosquera se unía al festival goleador de su equipo. Y el Helvetia estaba completamente roto. A falta de cuatro minutos, el Villa de Aranda ya castigaba con diez goles arriba (20-30) e incluso llegaron a ser once. El barco iba a la deriva.

Seis jornadas por delante

El resultado final, 22-32, es el reflejo de un Helvetia que, sabedor de la importancia de estos dos puntos, salió con excesiva precipitación por sellar el partido lo antes posible. Pero este dura 60 minutos y los rivales también juegan. Y mucho. Nadie regala nada.

Quedan seis jornadas. Seis finales. Ante todos hay que salir a morir –Barça, Huesca, Bidasoa, Ademar, Torrelavega y Cangas–. Pero el siguiente en casa ante los oscenses, colistas, puede valer una permanencia. No se puede fallar.

Domínguez: "Una derrota dura, abultada y muy clara"

Quique Domínguez calificaba esta derrota de “dura, abultada y muy clara”. Una de las claves estuvo, dijo, en el mal inicio. “Hemos entrado muy ansiosos al partido, muy precipitados. Queriendo ganarlo en los cinco primeros minutos y eso nos ha penalizado mucho. Hemos entrado con demasiadas ganas, no entendiendo que el partido era largo. Las primeras paradas de Pau Guitart y nuestros primeros errores les han permitido jugar a ellos desde el principio con el marcador a favor. En el final de la primera parte e inicio de la segunda hemos tenido una buena reacción. Pero en los últimos partidos nos está costando mucho hacer goles”, analizaba.

El técnico gallego era consciente “de la importancia” de estos dos puntos ante el Villa de Aranda. Pero no queda otra que seguir luchando. “Ahora toca estar muy tristes y decepcionados por el partido que hemos hecho, pero también tocará analizarlo con calma y mantenernos en la pelea. Es una oportunidad grande que se nos ha ido, pero todavía hay Liga”.