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La inteligencia artificial es una aliada para quienes sufren dolor

Permite medirlo de forma más objetiva y adecuar los tratamientos a cada paciente

La inteligencia artificial es una aliada para quienes sufren dolorFreepik

La inteligencia artificial (IA) ofrece muchísimas posibilidades en el ámbito de la medicina, no sólo en la ayuda que puede ofrecer al diagnóstico o tratamiento de enfermedades, sino también por su respuesta al dolor. De hecho, la IA está ayudando a medir el dolor de manera objetiva y reducir el sufrimiento de los pacientes, ya que su precisión y capacidad de predicción facilita la indicación de tratamientos personalizados a cada paciente, según han señalado los ponentes de un curso organizado por la Sociedad Española del Dolor (SED) en la Universidad de Santiago de Compostela.

Frente a la autoevaluación

"Los métodos tradicionales de evaluación del dolor suelen basarse en la autoevaluación del paciente, que puede ser subjetiva y variable", explica el anestesiólogo y director del curso, Gustavo Fabregat, para resaltar las ventajas que ofrece la IA, que aprovecha señales fisiológicas y expresiones faciales, entre otras fuentes, para beneficiar a los pacientes de dolor crónico, nueve millones en España, según el Barómetro del Dolor.

El machine learning, traducido como aprendizaje automático, y el procesamiento del lenguaje natural, dos técnicas de inteligencia artificial, mejoran el reconocimiento eficiente del dolor y la evaluación del mismo, analizan los datos de autoinforme del dolor, lo predicen y ayudan a médicos y pacientes a gestionar de forma más eficaz el dolor crónico, según un estudio publicado en Innovation in Aging.

Señales fisiológicas

Otra investigación asegura que los algoritmos de IA pueden analizar señales fisiológicas como la frecuencia cardíaca, a través de dispositivos como los relojes de pulsera portátiles, y las expresiones faciales, gracias a los sistemas de reconocimiento facial, para detectar el dolor. Este enfoque ha sido particularmente útil en pacientes que no pueden autodeclarar el dolor, como aquellos con deficiencias cognitivas o enfermedades graves, indica un trabajo en Journal of Personalized Medicine.

Sobre los wearables, aquellos dispositivos como pulseras o anillos de actividad, durante el curso se ha destacado su potencial para monitorizar al paciente de forma continua, ofrecerle información en tiempo real y mejorar la adherencia terapéutica. No obstante, muchos de estas herramientas aún no están disponibles para su utilización en la práctica real.

"Podemos saber si un medicamento es eficaz, si ha dejado de serlo o ha dejado de ser administrado. Podemos generar un feedback para que el paciente tenga información verídica de que está mejorando el control de su dolor", ha explicado el médico rehabilitador y secretario del curso de la SED, Xoán Miguéns.

Ventajas para el tratamiento

En este sentido, la IA también ofrece ventajas para el tratamiento de los pacientes, como ha detallado Miguéns. "Podemos aplicar información relevante a una situación concreta de un paciente y mejorar tanto las indicaciones farmacológicas que le proporcionamos como ayudarlo en el cumplimiento y el ajuste de las dosis", ha apuntado.

"Los modelos predictivos basados en IA pueden pronosticar las respuestas de los pacientes a diferentes tratamientos, lo que permite a los médicos adaptar los tratamientos a las necesidades individuales", señalado a este respecto el doctor Fabregat, añadiendo que, para ello, tiene en cuenta factores individuales como el historial médico, las predisposiciones genéticas y el estilo de vida.

Realidad virtual

Por otra parte, en este curso de verano se han analizado los beneficios de la realidad virtual con avatares y las salas inmersivas, en las que se proyecta un vídeo en las cuatro paredes, para reducir el dolor y la ansiedad en los pacientes con dolor crónico y mejorar la autonomía personal y la adherencia a los tratamientos.

Diferentes centros sanitarios españoles, como el Vall d'Hebron, El Carme, Sant Joan de Déu (Barcelona), Virgen del Rocío (Sevilla), Materno-Infantil Regional (Málaga) y Vázquez Díaz (Huelva) ya utilizan las salas inmersivas para mejorar el bienestar de sus pacientes.