Las pedidas de matrimonio son cada vez más originales y espectaculares. Se busca que sea un momento inolvidable no sólo por el hecho en sí de comprometerse, sino por el contexto que acompañe a la acción, ya sea durante un partido de fútbol, en un concierto con la complicidad del artista, bajo el agua durante un curso de buceo o en una montaña rusa, por poner unos ejemplos. Y se graba para después subirlo en las redes sociales y que ese mágico momento llegue a todas partes.

Hay veces que esas propuestas sorpresa conllevan mucho trabajo previo, como el caso que se ha hecho viral por el desafortunado final que ha tenido. Un joven ideó una forma sencilla de pedir matrimonio a su novia, pero necesitaba que ella no sospechara, con lo que se inventó una especie de pequeña coreografía que repetiría en diferentes viajes por Italia que harían juntos hasta que llegara el definitivo día del compromiso y entonces la sorprendería. Consistía en que ambos posaban delante de monumentos muy conocidos para que un espontáneo les grabara con unos sencillos movimientos: los dos cruzaban las piernas y ella le chocaba la mano.

Y así lo hizo en repetidas ocasiones, consiguiendo que pareciera una costumbre entre ambos y que ella no viera nada especial en esa simpática secuencia. De esta manera, el joven llegó al día en el que debía arrodillarse ante su novia y entregarle el anillo. Sucedió en Ciudad del Vaticano. Todo parecía igual que en las anteriores ocasiones: pidieron a una señora que estaba cerca de ellos que les hiciera el mismo vídeo de siempre, aunque él sabía que iba a ser diferente, porque no se iba a limitar a cruzar las piernas.

Pero pasó lo que no tenía que pasar: el joven hizo lo que tenía pensado, pero la mujer que grababa la escena se equivocó y activó la cámara frontal, con lo que en lugar de registrar la pedida de mano se grabó a sí misma, mostrando su cara de desesperación consciente de que estaba arruinando el momento. Y que, obviamente, ya no se podía repetir sin que fuera una farsa, porque ya no iba a haber sorpresa.

En el vídeo llega a verse cómo ella sí cruza las piernas pero él cambia su movimiento en el último instante y le coge la mano para arrodillarse, aunque ahí se corta la escena y aparece el rostro de la señora. No lo podrán ver repetido pero al menos lo vivieron en directo, como cuando no había teléfonos móviles ni redes sociales.