El fútbol levanta pasiones más allá de la categoría en la que se juegue y la edad que tenga el o la deportista. Todo el mundo juega para ganar y sufre cuando comete un error que, al tratarse de un deporte en equipo, puede afectar a muchas personas. Lo saben hasta los más pequeños, los prebenjamines, la categoría en la que los niños comienzan a jugar a fútbol y que agrupa a los que tienen entre 5 y 7 años.

En un partido de prebenjamines que enfrentaba este pasado fin de semana a los equipos mallorquines Atlético Baleares y Sóller el portero del conjunto local salió a atrapar un balón pero lo cogió con las manos fuera del área, lo que según las reglas supondría una tarjeta (amarilla al no ser ocasión de gol) y una peligrosa falta para los visitantes. Cuando el colegiado señaló la falta el pequeño fue consciente de su fatal error, que pudo deberse a que hay otra raya pintada en el campo muy cercana a la del área y se confundió con ella, y rompió a llorar. Entonces llegó la intervención del árbitro, que ha sido muy aplaudida por padres y aficionados.

El colegiado, José García Ferrer, conocido como Josico, quiso ejercer más de educador que de juez ante un niño tan pequeño y acudió rápidamente a consolarlo, darle un abrazo y calmarlo haciéndole ver que no era algo tan importante. Y decidió dejar de lado el reglamento y no señalar la falta, aunque primero preguntó a los jugadores del Sóller si les parecía bien que lo hiciera. Ante el visto bueno de éstos (un buen gesto de juego limpio), el árbitro entregó el balón al portero y el partido continuó como si esa acción no hubiera sucedido.

“Arbitrar fútbol base tiene que ser esto: formar, educar, jugar, reír y disfrutar con los peques que lo viven con tanta pasión”, razonaba el colegiado en sus redes sociales. “Ellos me aportan un ratito de felicidad cada fin de semana, mientras la salud lo permita seguiré por los campos disfrutando de ellos!”.

El comentario que escribió el árbitro.

El comentario que escribió el árbitro.

La madre del pequeño portero también quiso agradecer “enormemente” su gesto. “Mi hijo al ver que se había salido de la línea se puso a llorar porque sabía que lo había hecho mal, nervios de jugar un partido y bajón de su autoexigencia, y el árbitro lo consoló como si hijo suyo fuera. Le perdonó la falta y se lo explicó perfectamente cómo era. Tanto a un equipo como a otro les explicó todas las faltas y les ayudó en todo lo que se equivocaban. Un 10 de árbitro es poco, todo mi respeto a este superhéroe para mi hijo en ese momento”.

Las palabras que escribió la madre del niño.

Las palabras que escribió la madre del niño.

Las imágenes han generado muchísimas reacciones, casi todas aplaudiendo la actitud del árbitro. “Qué bonito sería enseñarles estos valores a los niños siempre, en lugar de siempre por delante la dichosa competitividad desde los 3-4 años”, escribía una usuaria de Instagram.