pamplona. ¿Cuántos días al año pasa fuera de casa?
Entre 220 y 250. Mi media de trabajo de micro es de 150 días. 150 eventos a los que hay que sumar muchos más por desplazamientos. Por ejemplo, la Vuelta a España son 21 etapas, pero 25 ó 26 días fuera de casa. No son días que cobres, porque eres autónomo, pero tienes que estar ahí.
¿Y cuántos pasa seguidos en casa?
Pocos. La época más fuerte es de febrero a abril. Estás cinco o seis días fuera y uno o dos en casa. Alguna vez me hacía la Vuelta a Valencia, enlazaba con la Clásica de Almería y me subía desde Almería en coche por estar una o dos noches en casa, porque es muy bueno para la cabeza. Te vas al monte, sales a correr y desconectas. Si no, podría pegarme tres o cuatro semanas seguidas fuera de casa, y eso me pesaría mucho.
Será un experto en hacer la maleta.
Sí. Cuando fui por primera vez a la Vuelta, como eran 25 días, metí 25 pares de calcetines, 25 calzoncillos, 25 camisas... Luego te vas acostumbrando y haces la colada en el hotel. Así ocupa mucho menos.
¿Qué no falta nunca en su maleta?
Las zapatillas de correr, que son imprescindibles, y un libro, porque cuando termino las carreras me gusta meterme en la habitación del hotel y relajarme leyendo un poco.
¿Qué libro lleva ahora?
Estoy empezando uno que se llama Nueva York. Es una historia de cómo se fundó, desde los indios.
¿Y cuál recomienda?
Soy muy malo para los títulos. Además, los libros que llevo no suelo traerlos de vuelta, los dejo en los hoteles. Cuando lo termino, dejo una nota y escribo: "que lo disfrutes".
Le tiene que gustar viajar.
Me gusta viajar, pero luego no lo disfrutas. Vas de hotel en hotel y cuando llegas al hotel estás tan cansado de todo el día de trabajo que no tienes ganas ni de dar un paseo. El hotel es el refugio. El speaker tiene que estar siempre sonriente, animado, y lo mejor para recuperarse de un día a otro es el descanso, para la voz, para la cabeza y para todo el cuerpo.
En algunas ocasiones esa sonrisa habrá tenido que ser forzada.
Sí, nos pasa a todos. Un año estaba en la Vuelta a España y mi madre estuvo una semana ingresada en el hospital aquí. Otra vez, un día antes de los Campeonatos de España se murió mi abuelo, y el día en el que vino Armstrong a correr el Gran Premio Miguel Induráin había muerto mi abuela la noche anterior. Pero tienes que dar la cara y sonreír, porque es tu trabajo. Te contratan para ello y tienes que estar al 100%, porque eres parte del espectáculo.
¿Le queda alguna provincia de España por visitar por trabajo?
Me las conozco todas. Solo me faltan Ceuta y Melilla, aunque tuve alguna propuesta y no pude por fechas.
¿Y qué lugares de los que ha conocido le han sorprendido?
Zamora es muy bonito y León me encanta. Acabar de trabajar en León y tomarte un vino y unas patatas fritas en el Barrio Húmedo es casi una obligación. Pero todos los sitios tienen algo. A mí me encanta Donosti, suelo decir que es mi ciudad. Si estoy una temporada en casa y estoy cansado me voy un rato a pasear a San Sebastián y cargo las pilas.
Le toca conducir mucho. ¿Qué le parece tener que ir a 110 km/h?
Una tontería, porque creo que con eso no ahorramos nada. En su día fue una forma de dejar de hablar de otras cosas más importantes. No soy de correr. Yo pongo el limitador a 120, porque a 110 incluso a veces me parece una temeridad conducir, por ejemplo en la autovía de Teruel.
¿Cuántos kilómetros le hace al año al coche?
De agosto a hoy (por el lunes), 48.000. Dependo mucho del coche, porque yo he terminado en Marbella un freestyle a las doce de la noche y he tenido que llegar a Bilbao al día siguiente a las doce de la mañana tras toda la noche conduciendo.
Se gana la vida con su voz. ¿Cómo la cuida?
No salgo por la noche nunca cuando estoy trabajando, porque yo sé que mi hora es las diez y media o la once de la noche, cuando tengo que irme al hotel a descansar. He tenido que decir muchas veces que no a, por ejemplo, salir a cenar fuera del hotel. Es que al día siguiente tienes que estar con la voz al 100%. Bajo de la habitación con chaqueta, tengo cuidado con el aire acondicionado... Es mi trabajo y es mi pasión, así que tengo que cuidarme.
La Ley Antitabaco le vendrá bien.
Me viene perfecta. Se respira genial en los bares ahora.
¿Qué voces le gustan?
Está muy bien la voz de Ramón Langa. Pero yo soy más de radio que de televisión, y las voces de Pepe Domingo Castaño, Javier Ares, Paco González, Alfredo Martínez, Carlos Herrera..., se te quedan. De ellos aprendo todo. Como estoy tantas horas en el coche me pongo la radio, no me pongo ningún disco. Como mucho, radio musical.
¿Y qué hace cuando se levanta antes de que llegue la hora de trabajar?
Salgo de seis y media a siete y media de la mañana a correr todos los días. Después, un buen desayuno, leo los periódicos y me preparo las cosas. No es cuestión de coger el micro y ya está, tiene más trabajo de lo que parece intentar memorizar recorridos, corredores, palmarés. Y lo mismo con las motos o con el Circuito de Los Arcos. Tienes que saberte los trucos para poder decir algo que entretenga al público.
¿Y si un día se levanta sin voz?
Peligro. Solo una vez me quedé muy afónico. Fue en Bilbao, en un Campeonato de Europa de supercross, ante 9.000 personas. Le das muchas vueltas al coco, bebes agua, te tomas una pastilla para la garganta... Si arrancas un evento como ese, de dos horas y media, y piensas que no vas a poder terminar, lo pasas muy mal.
Así que si un día empieza a notar síntomas de gripe o catarro, alarma.
Me pasó hace poco, en la Vuelta a Asturias. Estaba con una medio gripe, me salieron pupas, el pecho tocado..., parecía un muerto. Fueron cinco días refugiándome en el coche.
Trata con deportistas de todo el mundo. ¿Qué tal va de idiomas?
De francés, bastante bien. Hace cuatro o cinco años me fui un mes a Francia a estudiar, aprovechando la base que tenía de pequeño, aunque ahora se me va olvidando. En invierno, cuando estoy más tiempo en casa, me pongo con el inglés. Y también estuve un par de meses en un barnetegi, y gracias a eso he podido hacer traineras, aunque no me suelto con el euskera.
Además de ciclismo y motor, ¿ha trabajado en más deportes?
Sí. ¡Quién me iba a decir que iba a hacer traineras! También la Copa del Rey de fútbol, baloncesto, el Mundial de pelota, y una cosa de la que guardo gran recuerdo: el Campeonato de España de gimnasia rítmica en el Anaitasuna. Me lo pasé en grande. Y también voley playa, fútbol playa, maratones, medios maratones y millas de atletismo...
¿Ha probado con el doblaje?
Es bonito y sí me gustaría. Pero tienes que hacer un cursillo de mucho tiempo y yo ese tiempo seguido no lo tengo. Y hay que ser actor, y yo actor...
¿Y no le han tentado con la radio?
Escuché hace poco alguna cosita, pero tiene que ser algo muy apetecible para dejar lo que tengo, porque este trabajo me encanta.
¿Le reconocen en la calle?
Poco. Si me piden una foto o un autógrafo me pongo muy rojo, me da corte. Suelo estar bastante escondido. Siempre digo que lo importante es que se me escuche, porque para lo que hay que ver... (risas).
¿El público es diferente según la zona de España en la que trabaje?
Sí, sí. El termómetro lo tengo en los eventos de motos. Hice un freestyle en Málaga en julio, con gente que venía de la playa con mucha chispa. Al día siguiente hice otro en Teruel, y lo que tuve que pinchar a la gente para que respondiera... Y en San Sebastián igual, hay que dar mucha más caña al público que en Marbella o Málaga. Allí antes de que empiece ya están como locos haciendo la ola.
En su trabajo siempre está rodeado de música. ¿Qué música la gusta?
La cañera. Para un freestyle o un evento de motos es imprescindible AC/DC. Si arrancas un evento de 10.000 personas y tienes que subir a lo alto y decir "Buenas noches, Pamplona", que estoy deseando decirlo, tienes una cosa en el estómago, pero suena AC/DC y te pone a tope.
¿Qué ve en la televisión?
Veo poca tele. Alguna película, las noticias y poco más. El problema es que si pones Telecinco te enganchas a algo y luego ya no puedes cambiar, porque tienes que ponerte al día.
¿Se ha enganchado a algún 'reality'?
No, no. Bueno, me gustó la primera edición de Fama, porque me quedaba alucinado de cómo bailaban.
El cotilleo no le interesa.
Es hablar por hablar. Pero la verdad es que al final todos sabemos más de cotilleo que de política o de historia.
Así que tampoco es de los que sigue los documentales de 'La 2'.
No los ve nadie. Yo no sé qué audiencia pueden tener (risas).
¿Y alguna serie a la que ha sido fiel?
True Blood. Me enganchó mogollón en AXN. Y también hace poco me gustó mucho una serie de zombies de La Sexta, The walking dead.
¿No siguió 'Perdidos'?
Yo lo intenté, pero no había forma de poder seguirla.
¿La 'TDT' ha traído algo bueno?
Es mucho canal sin sustancia, no sé qué aporta. Yo siempre era de Canal+, que tenías películas y deportes, pero en la TDT yo veo canales y canales y no sé de qué van.
Además de salir a correr, ¿le gusta algún otro deporte?
Me gusta andar en bicicleta, pero llevo mucho tiempo sin cogerla, porque necesitas más continuidad y tres horas para hacer algo en condiciones. Así que me conformo con correr. Me gusta llegar a la hora y media dos o tres días a la semana y correr cinco o seis días por semana.
¿Le quedan retos como 'speaker'?
Me gustaría repetir en el Tour de Francia, donde estuve en 2006. También hay muchos eventos de motor en los que me gustaría estar, y espero que algunos de ellos se cumplan en breve. Y sobre todo lo que quiero es mantenerme donde estoy. Voy a cumplir quince años en la Vuelta a España y para mí es un logro importante que me sigan llamando, que los corredores te reconozcan...
¿Y qué acontecimiento le habría gustado locutar?
Los Juegos Olímpicos de Barcelona'92. Estaba en el Tour de Francia con mi padre. Había ganado Miguel Induráin el Tour y vimos en una pantalla la inauguración. Era un chavalín, pero ya veía que eso era la leche.
¿Da tiempo a hacer buena relación con los deportistas?
Con algunos sí. Ha habido ciclistas que, una vez retirados, me han llamado para eventos que organizar ellos. Y me han invitado a bodas, he estado cenando en sus casas...
¿Cuáles son los más divertidos?
¿Sabes quién era un chico súper agradable y sonriente? Wouter Weylandt. Y también era muy agradable Xavi Tondo. Me acuerdo mucho de ellos. Alberto Contador ahora levanta pasiones y siempre habla cuando le pongo el micrófono. También era muy majo Pereiro. Ellos entienden mi función. Saben que no soy un periodista, que no voy a buscarles las cosquillas, que voy a engrandecer su trabajo, porque aquí los importantes son ellos.
Hay otros a los que no les consigue arrancar una palabra.
Es que el ciclista es muy tímido, como yo. Les pones el micrófono y, cuando se escuchan, se retiran. Es lo normal. Los italianos son los más dicharacheros, y los holandeses suelen ser muy sonrientes.
¿Cómo llega uno a ser 'speaker'?
Es la pregunta que yo me hago mil veces. Speakers hay muchos, pero que yo sepa soy el único que se decica profesionalmente a esto. Ha sido muy poco a poco, y todo se lo debo a mi padre, que me enseñó a que cuando haga un trabajo lo haga al 100% y con mucho cariño. De ahí viene que me tengo que cuidar, y que tengo que preparar bien las cosas. Y hay que enviar el currículum y tener suerte de que te llamen. Y tener continuidad, y estar siempre disponible. No existen las bodas de amigos, los cumpleaños, las fiestas... Muchas veces no han existido ni los Sanfermines, aunque siempre me reservo dos días. Si hoy te llaman y mañana estás libre, mañana te vas a Huelva, a Barcelona o a La Coruña.
¿Le afecta la crisis?
Sí, claro que sí. Hay eventos que desaparecen o recortan presupuesto y lo estoy notando. Y en invierno ves que no suena el teléfono. Y lees en el periódico que el Gobierno de Navarra ha hecho un evento y dices: "¡pero eso podía haberlo hecho yo!". Pero no te llaman. Me llaman más de fuera que de aquí, y eso a veces duele, cuando el invierno se te hace muy largo. Entonces te dicen que tienes que descansar, y estudias inglés, te vas preparando para la temporada, pero sí te mosqueas un poco.
Internet es un aliado para usted.
Sí, porque puedes controlar todas las carreras de todo el mundo casi al momento, algo que antes era imposible. Te imprimes un montón de hojas con resultados y con la lista de dorsales repasas y memorizas antes de las carreras. Hay que memorizar, porque con un pelotón de 180 corredores no puedes estar pasando hojas. Tienes que ser capaz de dar una pincelada de cada uno para que la gente se dé cuenta de que no solo corre Contador, sino 179 campeones más.
Si le nombro un ciclista profesional al azar, ¿sabría decir algo de él?
Depende. ¿Lo intentamos?
Francis de Greef.
Puedo decir que corre en el Omega Pharma-Lotto, que es super altísimo y que creo que ha sido top-20 en la Vuelta. (Casi perfecto: acierta el equipo, mide 1,92 metros y fue 21º en la Vuelta a España de 2009).
¿Sigue viviendo en Alsasua?
Desde que me casé, estoy entre Estella, Alsasua y los hoteles de España.
¿No le han intentado convencer de que le vendría mejor vivir en Madrid?
Sí, pero soy de pueblo y en Navarra es donde mejor me encuentro. Necesito el monte y salir a correr. Si hay que ir a Madrid, estoy en tres horas y media. No hay mayor problema.
¿Qué carretera conoce de memoria?
La de Madrid o la de San Sebastián. Y ahora la de Estella a Alsasua.
¿Le gusta el fútbol?
He de reconocer que poco.
¿Y si tiene que elegir un equipo?
Hombre, soy de Osasuna y lo sigo, aunque muchas veces estás en un sitio y ni te enteras de que hay Liga.
¿Y entre Barça y Real Madrid?
Soy del Real Madrid, aunque no soy nada futbolero. El fútbol está tan sobredimensionado que no le hago mucho caso ni me afecta lo más mínimo. Es más, me alegro de que el Barça, que está haciendo el mejor fútbol, haya ganado la Champions.
¿Le gusta la pelota?
Con todos los partidos que he visto es una espina clavada. Estoy mucho tiempo fuera y así no la puedo seguir por televisión. Me da pena, porque siempre he dicho que es mi deporte.
¿Está al día en las redes sociales?
Tengo mi blackberry, con la que voy al fin del mundo. Me costó mucho el tema de Internet, pero es imprescindible. Hay que estar y para mi trabajo es fundamental. Tengo una página web, una página de Facebook con más de 1.600 fans que me tiene alucinado, mi propio Facebook y un twitter que me gestionan desde la web.
1.600 fans son muchos.
Hay mucha gente que me sigue y me manda mensajes de ánimo. Hay muchos que te llegan. Cuando me la crearon yo dije: "¿para qué quiero yo eso?". Y ahora veo a todos esos seguidores y me da vértigo.
¿Sabe qué significa en Chile 'llamar a Guajardo'?
No tengo ni idea.
Significa vomitar.
(Risas). ¡No me digas! Hay que ver con las palabras. En México ya metí más de una vez la pata al decir que habían cogido a un escapado. No puedes decir coger, que allí significa otra cosa, sino amarrar. Te echas unas risas, se lo toman con buen humor.