Por cosas así el Tour es el Tour. Sobre el papel teníamos por delante una etapa que no tenía nada, sin apenas aliciente, y ha acabado por ser un día para la historia de la carrera francesa y del ciclismo. Mark Cavendish ha sido capaz de batir el récord de victorias de etapa de Eddy Merckx en el Tour. Visto con perspectiva es una locura. Es lo que tienen los elegidos. Cavendish no está bien, pero mantiene ese gen ganador y de esprinter puro que va a tener todo la vida. Es como lo que se dice respecto a los goleadores, que marcan hasta cuando tienen 60 años. Eso, se tiene o no se tiene. Cavendish va a ser rápido toda la vida.
De todas maneras, su victoria ha sido una sorpresa por el nivel de los rivales y por cómo empezó el Tour. Estuvo a punto de quedarse fuera de control en varias etapas tras sufrir horrores. A mí, personalmente, me da pena que le quite el récord a Merckx, pero también es verdad que lo ha luchado a tope. Ha hecho varios Tours persiguiendo el récord. Cuando parecía que más difícil lo tendría para lograr esa victoria, ha sido capaz de conseguirla. Nadie recordará cómo fue la etapa pero sí que la ganó Cavendish y que obtuvo su 35ª victoria en la carrera francesa. Un logro que está solo al alcance de los elegidos.
Más allá del hito de Cavendish, ha sido un día de recuperación y tranquilidad para los favoritos. Me gustaría resaltar un detalle respecto al final. Hemos visto rotondas que han sido asfaltadas por el centro para que el paso del pelotón fuera más seguro. Es una gran idea. Sé que hacer eso resulta caro porque los obstáculos urbanos se imponen en pueblos y ciudades, pero la solución que hemos visto es muy buena. El peligro se reduce sensiblemente. Probablemente solo una organización como la del Tour se puede permitir algo así ahora mismo, pero es el camino a seguir de cara al futuro.
*El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk