La localidad de Isaba volvió a ser este sábado punto de referencia para el ciclismo navarro al acoger la marcha cicloturista Larra-Larrau, que convocó a más de 900 participantes en su esperado regreso después de que el año pasado se viese suspendida por amenazas de fuertes lluvias.
La carrera se empezó a vivir desde el día previo y es que cientos de personas hicieron noche en el pueblo navarro. A las siete de la mañana comenzaron a llegar las personas participantes que, incorporándose a los trasnochadores, llenaban las calles con sus calentamientos, como si estuviese prohibido circular por Isaba de otra manera que no fuese en bici.
Amaia Bernal, viajó desde Oñati para participar en la carrera y fue una de tantas que durmieron en Isaba. “Durante la noche ha llovido muchísimo, sonaba cómo caía contra la furgoneta e impresionaba”, lo que le hizo dudar hasta el último momento de tomar la salida. “Tenía claro que si estaba lloviendo no iba a correr. Ahora esperemos que la carretera esté seca”, explicaba tras recoger el dorsal. Acudió junto a Olatz Corcostegui, con quien “nos solemos liar para muchas, cosas aunque a veces es complicado porque siendo madres tenemos las agendas apretadas y es complicado cuadrar”, por lo que aprovechan esas oportunidades para andar en bici. “Íbamos a venir el año pasado, pero se suspendió y nos quedamos con las ganas. Así que aquí estamos”, sentenció.
El primer grupo tomó la salida a las 9.00 horas para afrontar el recorrido más largo de la prueba, compuesto por 146 km y cuatro duros puertos. Toda una etapa de montaña de una gran vuelta. Este resultó el más multitudinario de la marcha con un total de 552 inscripciones, el 60% de la participación total. Puntuales, los corredores enfilaban el pequeño llano que les llevaba hasta pie de puerto con el apoyo de decenas de aficionados que se acercaron para la ocasión.
Los y las corredoras que realizaron la primera ruta, atravesaron cuatro puertos de montaña situados entre el Pirineo navarro y francés: Lapierre de San Martín, Issarbe, Larrau y Laza. Media hora después, a las 9.30 horas, comenzó la aventura para el segundo grupo formado por un total de 351 ciclistas preparados para correr los 100 kilómetros que lo componen. Este incluyó los puertos de Lapierre de San Martín, Larrau y Laza.
Se trata de un paraje con una naturaleza impresionante que compensa las duras rampas y atrae a cientos de personas. Así es el caso de Urko Ayala, de Errentería, que ya conoce la zona porque acude a esquiar en invierno, “pero nunca había venido en bici y qué mejor oportunidad que esta carrera”. Aficionado al ciclismo “desde cadete” y asiduo a este tipo de eventos “como la quebrantahuesos”, se marcaba el objetivo de “completar el recorrido largo en siete horas”.
Nadie se la pierde
Tal es el poder de convocatoria de la marcha, que nadie se lo quiso perder y los ciclistas tuvieron alguna que otra invitada sorpresa. En la subida al primer puerto varias vacas controlaban el paso de la carrera desde el quitamiedos, vigilando sus tierras y entrando en carretera cuando consideraban oportuno, ya sea para animar a los participantes o complicar un poco más las subidas.
Aunque el evento se inició bajo un cielo nublado y con amenaza de niebla en las cimas, a lo largo de la mañana, se despejó para dejar una temperatura máxima de 17 ºC. El reto meteorológico fue el viento, que empujaba a los participantes a favor o en contra a su antojo y bajaba unos cuantos grados las sensaciones térmicas en lo alto de los puertos.
La Larra-Larrau es una marcha cicloturista no competitiva pero, durante su transcurso, los participantes pudieron medir sus tiempos en los ascensos a Lapierre de San Martín, Issarbe y Larrau. La llegada a meta comenzó cerca de las 14:00 horas donde las y los ciclistas fueron cruzando la línea de forma constante hasta cerca de las 17.00 horas de la tarde.
A su llegada, en el frontón del pueblo, los ciclistas pudieron disfrutar de una merecida recompensa compuesta por un plato principal de paella y postre. Todo ello amenizado por la música de un DJ y speaker . El perfil mayoritario de los participantes fue de hombres siendo un total de 864, lo que supone el 95,2 % de las inscripciones frente a un 4,8% de mujeres, que fueron 44 en total.
La franja de edad más representada fue la de 45 a 54 años, con 310 corredores, seguida de los 35 a 44 años con 241. Cabe destacar la participación de 26 ciclistas de 65 años o más. Aunque el 96,1 % de los corredores proceden de diversas partes del Estado principalmente de Navarra (27 %) y Gipuzkoa (28 %), la cita también atrajo a ciclistas internacionales, con participantes de Francia (22), Países Bajos, Argentina, Andorra, Portugal y Noruega.
Con un elevado dato de participación, Larra-Larrau sigue consolidándose como una de las citas imprescindibles del cicloturismo, ofreciendo a sus participantes la oportunidad de disfrutar de un entorno natural espectacular en los Pirineos y enfrentarse a algunos de los puertos más icónicos del Valle de Belagua. l
En corto
Dos recorridos. La marcha cicloturista ofrece dos opciones de circuito por los Pirineos navarros y franceses, ambos de gran fondo. El primero consta de 146 kilómetros y atraviesa los puertos deLapierre de San Martín, Issarbe, Larrau y Laza. La segunda opción recorre los mismo puertos menos el Issarbe, lo que supone un total de 100 kilómetros.
Participantes
Mayoría de hombres. La gran mayoría de los participantes eran hombres, un total de 864, lo que supone el 95,2% del total. Fueron 44 mujeres las que corrieron, un 4,8%.
Por edad
45-54 años 310
35-44 años 241
25-34 años 170
44-64 años 121
18-24 años 36
+65 años 26