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Norsgaard sentencia a Oier Lazkano

El danés, excompañero del gasteiztarra en el Movistar, critica con dureza al ciclista vasco, suspendido provisionalmente por anomalías en el pasaporte biológico

Norsgaard sentencia a Oier LazkanoRFEC

El silencio, sepulcral, rige a menudo el ciclismo, tantas veces hermético. Vinculados los unos y los otros a través de la omertá en los asuntos espinosos, lo que no se nombra no sucede.

Ese manto impenetrable donde los secretos se refugian entre susurros mientras transpira la trampa, se airea cuando algún miembro del pelotón se queda desnudo bajo los focos que ilumina alguna ramificación de presunto dopaje.

La sanción a Oier Lazkano –suspendido provisionalmente por la UCI (Unión Ciclista Internacional) debido a las anomalías en su pasaporte biológico durante su etapa en el Movistar– ha provocado la reacción de Mathias Norsgaard, excompañero del gasteiztarra en la formación telefónica.

El danés, que rodará en el Lidl-Trek las dos próximas campañas, criticó con dureza a Oier Lazkano después de que se conociera su caso, que implicó el inmediato despido del Red Bull, equipo que se hizo con sus servicios. “Me alegra de que pillen a los que hacen trampas. Me asombró un poco cómo se les pudo colar", sostiene Norsgaard.

"Hay médicos en nómina en el Movistar y pese a ello, no se percataron del problema. Estoy sorprendido. ¿Para qué tenemos el sistema entonces?”, lanzó el danés en una entrevista concedida al medio de su país Feltet. El sistema tiende a desequilibrarse por el factor humano.

Norsgaard incidió en la sensación de que el rendimiento de Oier Lazkano, sobre todo su actuación durante el Dauphiné de 2024, llamó la atención en el corpus del pelotón. Según comentó el danés, la performance de Lazkano no cuadraba con el sentido común.

Sucede que el pelotón está repleto de exhibiciones que chocan contra los parámetros de la lógica, pero nadie levanta la voz para señalar esos prodigios. Si acaso se eleva una ceja antes de continuar adelante.

"En el Dauphiné apestaba demasiado"

“Estábamos en la misma categoría de peso y él iba rapidísimo. Pero había veces que su rendimiento olía muy mal. En las clásicas estuvo bien pero en el Dauphiné ya apestaba demasiado”, apunta Norsgaard, ojiplático ante el empuje de Lazkano, que sobresalió incluso en las jornadas más exigentes.

Logró la novena plaza en la general después de completar una sensacional contrarreloj y reafirmarse, contra pronóstico, en la alta montaña. Nadie le esperaba ahí. Una sorpresa incluso en el Movistar.

Relata Norsgaard que coincidió con el gasteiztarra en verano en Andorra, donde residía el ciclista vasco, y otros tantos profesionales por asuntos derivados de una fiscalidad más favorable para sus intereses.

Sin correr desde la París-Roubaix

El caso no había estallado aún, si bien Lazkano no competía desde el 13 de abril, cuando participó en la París-Roubaix, donde rodó en la escapada que pereció a un palmo del bosque de Arenberg. Desde aquel día, el gasteiztarra no regresó a la competición.

“Vi a Lazkano en Andorra en verano y nadie le había visto desde la París-Roubaix, y dijo que estaba bien, y después salió esto. Al principio pensaba que eran tonterías del pelotón de nuevo, porque se habla mucho durante la temporada de cosas como estas, pero desafortunadamente era verdad”, expone el danés.

Para entonces la rumorología se había desatado alrededor de de la figura de Lazkano. Durante la entrevista, el danés también se adentra en la personalidad de Lazkano. Norsgaard enjuicia a su excompañero, que no amigo, más allá del ámbito deportivo.

“Lazkano era un chico muy extraño. Muy inteligente y muy interesado en la política y estaba al día en muchos temas. Pero era un tipo peculiar y se sentaba en la cocina con el cocinero y bebían vino durante horas después de que terminásemos de cenar. Era especial y, definitivamente, no podría calificarle como mi amigo”, cierra el danés sobre Lazkano.