Amaya Salamanca es la exesposa de un calvo que viaja a Estambul a ponerse pelo, convencido de que así recuperará a su mujer y a sus hijas, en Por los pelos, la última comedia de Nacho G. Velilla, que se estrena este viernes en los cines.

“Me encanta que se ponga el foco sobre ellos”, se reía la actriz madrileña. “Siempre hemos sido las mujeres las que queríamos estar perfectas o las que nos hacíamos operaciones estéticas, y nunca se había enseñado los complejos que sufren los hombres, y eso es una realidad”, afirmó mientras asentían a su lado sus compañeras de reparto. Son Alba Planas, su “hija”, y Eva Ugarte, mujer de Juanjo (Antonio Pagudo), amigo íntimo y compañero de trabajo de Sebas (Carlos Librado, Nene), su ex en la película.

“A mí parece bien que intentes sentirte mejor (físicamente), si eso te quita inseguridad; lo que pasa es que hay una fina línea entre el ‘retoquito’ y que se te vaya la cabeza y que acabes no encontrándote nunca bien contigo mismo. Está bien lo de cuidarse, pero sin pasarse y manteniendo la cabeza”, agregó la protagonista de Sin tetas no hay paraíso.

Y, en su opinión, “está bien que se le dé naturalidad a través de la comedia, porque mucha gente se va sentir reflejada: hay un montón de gente que se va a Estambul a ponerse pelo para tener más autoestima”. En concreto, medio millón de hombres cada año. Al menos esa es la cifra que vio el director, Nacho G. Velilla, en un titular de prensa. “Eran medio millón de historias”, señaló.

Investigó, habló con muchos de ellos, y descubrió que detrás de esta aparentemente sencilla operación estética “había una preocupación y unos complejos que condicionaban mucho la vida diaria de estas personas. Una cosa que parecía un chiste era un problema real de autoestima”. Se fueron a la clínica más famosa, a Estambul, y acabó enamorado de la ciudad. “Tuvimos la suerte de poder rodar (en plena pandemia) en sitios que hoy sería impensable, las autoridades turcas nos abrieron Estambul de lado a lado, y pudimos rodar en Santa Sofía y en un hammam histórico donde difícilmente te dejan entrar. Fue un lujo, impresionante”, afirmó.

Nacho G. Velilla debutó en el largometraje con Fuera de carta (2009) y ha firmado comedias como Que se mueran los feos, Perdiendo el norte (2015) o Villaviciosa de al lado (2016). Con este largometraje, aseguró que buscaba “una reflexión más amplia” sobre el asunto y “averiguar hasta qué punto esta obsesión por las apariencias nos está condicionando y cómo las redes sociales influyen en las relaciones”.

Alba Planas aportó una derivada más: “Los complejos, la autoestima, las comparaciones, se potencian muchísimo con las redes sociales. Estamos en continua exposición, y encima no la real, sino la de nuestra mejor cara, nuestra mejor pose. En la foto hay que salir perfecto”.