pamplona. El miércoles se emitió la última entrega de 59 segundos y el 11 de abril se estrenará El debate de La 1, con la misma duración, hora de inicio y estructura. También con la misma presentadora, María Casado. Pero los micrófonos ya no tendrán el tiempo tasado. Es una decisión tomada dentro de las medidas de ahorro, que evitará pagar los derechos del formato a una productora.

¿Qué siente en esta transición?

La afronto con ilusión. La gran diferencia es que no habrá esos micrófonos que suben y bajan, así que será un debate puro y supongo que a mí me va a tocar participar más en la moderación de la mesa. A veces está bien que a mitad de curso te den una tarea nueva, es un chute de energía considerable.

¿Va a ser una estricta gobernanta del tiempo?

(Se ríe). A la hora de trabajar todos ponemos un poquito de nuestra personalidad y yo soy bastante poco gobernanta. Me gusta sobre todo que los participantes se escuchen y cada semana les digo que me encanta que se peleen pero dentro de un orden.

Tendrá que aparentar firmeza porque desde el próximo miércoles saben que los micrófonos no se bajarán automáticamente...

Espero que no se vaya la mesa, como solemos decir. Que no haya micrófonos que se bajan no quiere decir que no vaya a ser un debate ágil, ni mucho menos.

Según su experiencia, ¿de verdad la gente se escucha?

Por lo general sí. Lo que he llegado a comprobar es que cuando la mesa es más variada, más plural, cuando conseguimos traer los perfiles más dispares, más se escuchan. Lo notas, enseguida saltan, se pican, lo ves en los gestos... Yo tengo que estar pendiente de eso para llevar el debate en una u otra dirección, pero nunca se supera un determinado nivel de decibelios.

Estos años los temas de la crisis le han dado alas a '59 segundos'...

Cuando empezamos a hablar de la crisis ninguno imaginábamos que iba a derivar en esto. Es verdad que mesas especializadas solo en economía, monográficos, han funcionado muy bien. Hemos buscado a muchos especialistas que nos ayudaran a traducir conceptos que a la gran mayoría se nos escapaban para intentar trasladar al público en qué nos afecta lo que está pasando. Nuestro trabajo es traducir, hacer interesante lo importante.

'59 segundos' tiene Facebook, blog, web... ¿Su sucesor parte con la misma vocación participativa?

En eso estamos, mirando cómo potenciarlo. Ese feed-back con la gente que nos ve es muy agradecido, tanto las felicitaciones como las críticas y las propuestas que nos hacen. Seguiremos con las redes sociales para dar a conocer lo que estamos haciendo y lo que queremos hacer.

¿Han llegado sugerencias que han cristalizado en programas?

Sí. Si llevamos tiempo pensando en una idea y nos llegan unos cuantos mensajes, tenemos claro que es un tema que hay que poner en marcha. Por ejemplo, por ese motivo hicimos una mesa de jóvenes de perfiles diferentes para abordar el paro juvenil.

¿Qué se siente al decir adiós a un programa, aunque poco después se retome otro similar?

Llevo cinco años en 59 segundos (entre Barcelona y Madrid) y son muchos programas, muchas risas y también muchas lágrimas, muchos nervios... Lo voy a recordar con muchísimo cariño porque me ha permitido compaginar la rigidez formal de un Telediario con una mesa de debate.

Desde septiembre de 2009, cuando empezó en Madrid, ¿recuerda alguna semana en la que 'el toro' haya salido más difícil?

Lo peor fue precisamente un debate dedicado a los toros cuando estaba todo el tema de la prohibición en Cataluña. Se nos ocurrió traer a Pilar Rahola, antitaurina; y a Fernando Sánchez Dragó. Lo recuerdo como una pesadilla, no hacían caso a nadie. Ese día, por ejemplo, no se escuchaban. Fue imposible de torear, nunca mejor dicho. Es la vez que peor lo he pasado: no podía cortar, no podía hacer que se escucharan, ni abrir la mesa al resto... Cuando además de los seis analistas habituales ha habido un cara a cara, he comprobado que las mesas de ocho son complicadísimas.

¿La peor pesadilla para un moderador es que le ignoren?

(Se ríe). Sí, ver que no puedes meter baza...

El éxito de un debate, aparte del orden que pueda imponer el moderador, ¿está en la selección de los invitados?

Efectivamente, que acudan profesionales, gente que sabe de lo que habla, con predisposición de explicar cosas al público. Eso no tiene precio. El moderador no debe ser protagonista de nada, un debate es como un partido de fútbol: cuando el árbitro cobra protagonismo, malo. Los protagonistas son los invitados, los analistas, los que pueden dar claves para pensar.

¿Se ha negado mucha gente a acudir a '59 segundos'?

Muchos no, pero algunos de los que no han querido venir ha sido porque no les gustaba el formato del micrófono que subía y bajaba. Algunos lo consideraban una falta de respeto, otros no se veían capaces...

Pues a partir de la próxima semana no habrá disculpa...

Les volveremos a llamar a ver si les apetece venir a El debate de La 1.

También lleva seis años en los 'TD fin de semana'. ¿Ya ha aprendido a vivir al revés?

Es verdad que es al revés, pero a todo te acostumbras. Ya no es solo una misma, también tu gente, tu familia; el sobreesfuerzo es más para ellos. Para mí no deja de ser un trabajo, solo que en lugar de empezar la semana un lunes la empiezo un sábado y en vez de acabar un viernes acabo un miércoles. Para mí, el mayor inconveniente es que mi familia y mis amigos están en Barcelona y es difícil vivir entre las dos ciudades.

La suya es una historia de esperanza en estos tiempos... ¡Un lunes estaba en la cola del Inem y el sábado empezó a presentar el 'Telediario'!

Tal cual. A veces la gente no se lo cree. Yo había trabajado en RNE y después fui a TVE en Sant Cugat, pero me quedé sin trabajo, completamente en el paro. Llevaba meses. Cuando lo verbalizo hasta me parece mentira, pero es real: un lunes estaba renovando los papeles, el jueves por la noche me llamaron por teléfono para venir a Madrid el viernes y al día siguiente empecé a presentar un Telediario...

Como espectadora, ¿qué noticias son las que más le interesan?

A mí me gusta mucho el deporte, y también la parte de Sociedad: me chiflan las noticias relacionadas con la Sanidad.