pamplona. Cuéntame regresó el jueves a TVE-1 y fue el espacio más visto del día. De momento se ha adelantado que habrá menos elementos dramáticos y un tono más de comedia que la temporada anterior.
Con la congelación de la ficción en TVE el año pasado, ¿ya se imaginaba 'Cuéntame' en otra cadena?
La situación no era la misma de otras series porque había un contrato en vigor y la cadena no tenía ningún capítulo. Lo normal era seguir, pero en una situación tan complicada a veces suceden cosas que uno no se podía ni imaginar. Yo tenía una confianza del 95% y creo que Cuéntame continuará incluso más. No me parece que pueda pasar a otra televisión porque está intrínsecamente ligada a la cadena pública. De alguna manera es la línea de flotación de la casa y no creo que vayan a renunciar a ella, entre otras cosas porque es rentable.
¿Qué le dejan contar de la decimocuarta temporada?
Estamos en 1981 y puedo decir que hay un efecto traumático del golpe de Estado y más en mi personaje por su vinculación a la izquierda. En lo personal, su relación familiar se resiente, tiene sus altibajos -que ya venían de la temporada pasada- y va a haber transformaciones de ida y vuelta. En Cuéntame hay muy pocas cosas definitivas, pero se puede decir que Miguel atraviesa por momentos de transición bastante complicados, como el propio país.
¿Paquita no está de mejor humor?
Hummm... no me dejan contar mucho, pero digamos que va a haber más que palabras. (se ríe)
¿Y en el trabajo? ¿Remonta?
Va bien, dentro de que también son momentos de crisis fuerte. En 1981-82 los índices económicos eran tan tremendos como los de ahora.
Vamos, que usted está viviendo una crisis en la ficción y otra en la realidad... para poder comparar.
Sin duda. Es increíble. Salgo de la grabación y cuando llego a casa no sé si estoy viviendo la misma ficción que estoy rodando porque se están repitiendo muchas cosas que ocurrieron en los años 80.
¿Encuentra muchos parecidos?
Hace tres décadas notábamos que había una crisis, pero teníamos la sensación de que se sabía por dónde había que ir. Lo que más miedo me da de la crisis actual es que creo que todo el mundo se equivoca. Cuando veo que después de tantos recortes el FMI dice que la austeridad es un error, me pregunto en manos de quién estamos. Lo que más me preocupa no es la intensidad de esta crisis, sino la falta de recursos para salir de ella, sobre todo de recursos políticos. Pero no en España, también en Europa y en el mundo en general. Antes, los líderes políticos tenían un discurso muy clarito y sabíamos que iba a costar salir pero que había una manera de lograrlo. Ahora parece que están dando palos de ciego a ver si encuentran la tecla ideal.
¿Por qué no se hacen series sobre la situación que estamos viviendo? ¿Es más fácil retratar culpables del pasado que señalar los del presente?
Yo creo que es pronto, que la televisión en ese sentido tiene poco alcance. Y tampoco te olvides de una cosa: las cadenas generalistas están hechas para que cuando la gente llega de su realidad cotidiana, que en estos momentos es bastante compleja, pueda respirar un poco de aire puro. Una serie como Crematorio, que abordaba la corrupción urbanística, ha funcionado muy bien pero en un canal de pago.
Tras más de 250 capítulos, algunos compañeros creen que no continuarán mucho más en la serie. ¿Usted está cómodo en San Genaro o ya anda buscando piso en otros barrios, ...y no me refiero al de Salamanca?
(Ja, ja, ja) No lo sé, es tanto tiempo que a lo mejor se lo preguntan a un actor y la respuesta depende de cómo esté en ese momento, pero luego al final seguimos. Yo terminaré de hacer Cuéntame cuando un día me digan que no vaya más a rodar o que la serie se ha acabado. Yo por mi propia voluntad sigo muy a gusto interpretando a mi personaje. Además, Cuéntame siempre me ha permitido hacer otras cosas durante los meses que no grabamos que de alguna manera rompen con la monotonía.
¿Es cierto que Miguel Alcántara, o sea usted, estuvo a punto de ser Antonio o es una leyenda urbana?
Es verdad. Cuando Miguel Ángel Bernardeau empezó a mover el proyecto por las televisiones, yo era uno de los posibles Antonio Alcántara. Yo prefiero a Miguel, es un personaje al que le tengo muchísimo cariño, aunque no tiene mucho que ver conmigo salvo que es del Atleti (Atlético de Madrid). La gente cree que yo le he hecho del Atleti porque yo soy de este equipo, pero me vino escrito así. Fue una casualidad.
Treinta y tres años en la interpretación. Ya casi le dejarían jubilarse.
Empecé a los 18 y tengo 51, así que es correcto; pero esta profesión tiene dos características que la definen frente a otras: una, que cuando empiezas a trabajar enseguida sabes lo que es el paro, te están mandando a la calle continuamente. Y dos, que nunca te jubilas. O pierdes el deseo de interpretar o te mueres haciéndolo como han hecho todos los grandes actores que yo he conocido.
Su vida tiene algunas curiosidades, como que empezara a estudiar Derecho y se hiciera famoso con la serie 'Turno de oficio'...
Eso es increíble. Yo nunca pensé que iba a tener tanto conocimiento de la abogacía porque jamás me gustó. Fue muy bonito, más que hacer la carrera de Derecho.
Y es llamativo que ganara la Concha de Plata interpretando a Franco. Seguro que cuando aceptó el papel no se lo imaginaba.
Pues no, pero yo tengo muy claro que la interpretación es un arte que hay que desarrollar sin ningún tipo de connivencia con la ideología de cada uno. También me tocó hacer el sargento de Historias de la puta mili, el fascista de Los años bárbaros,... Ya me han tocado papeles de falangistas y fascistas, pero en Madregilda me tocó al jefe.
También es raro que le hayan llovido más críticas extralaborales que laborales porque le incluyen dentro de un grupo de actores al que unos califican como antisistema, otros 'los de la ceja'...
Este país tiene un problema muy grave con eso, que no ocurre en otros lugares donde los artistas son un patrimonio cultural y la gente los defiende piensen lo que piensen. Siempre he dicho que, independientemente de ser actor, yo tengo mi forma de pensar como cualquier ciudadano y por tanto la expreso libremente intentando no molestar a las demás personas. Pero cuando veo una injusticia y me preguntan por ella doy mi opinión de forma sincera. La derecha me ha llamado de todo, pero nunca me ha preocupado. La verdad que no. No, no. Y en cuanto a lo de la ceja, agradecí mucho a Rodríguez Zapatero que sacara a España del conflicto de Irak. Si hoy tuviera que apoyar la política del PSOE no lo haría porque creo que difiere muy poco de la del PP.