Madrid. Durante el pasado mes de febrero, El programa de Ana Rosa obtuvo de media 567.000 espectadores cada mañana, y una cuota media de pantalla del 18,3%, unas cifras que validan a Ana Rosa Quintana, una periodista curtida desde la década de los ochenta en mil batallas televisivas (TVE, Antena 3 y Telecinco), que ha coqueteado con la radio (RNE, Radiocadena Española, COPE y Antena 3 Radio) e incluso con los medios escritos (Tiempo). Pero no solo se queda delante de la cámara, también detrás: en 2001 creó junto a su hermano la productora Cuarzo y se convirtió en editora de su revista AR, de tirada mensual. Algunos, incluso, la llaman la "Oprah (Winfrey) española". En una entrevista, la presentadora habla de sus largas jornadas al frente de El programa de AR, no duda en ofrecer su opinión sobre la actual situación política cuando dice que los políticos deben recordar que el poder lo toman prestado de los ciudadanos y aborda la crisis en los medios.
¿Cómo es un día en su vida de lunes a viernes?
Una gincana, muchas horas de trabajo, piensas que por madrugar vas a acabar antes, pero lo que ocurre es que el día se alarga más. Llego a las 7 de la mañana a Telecinco, salgo a mediodía y normalmente tengo una comida de trabajo, porque como con este horario no salgo mucho de noche, hago más relaciones a mediodía. Después me paso por la productora, donde siempre hay alguna reunión, o tenemos algún Consejo... hay otras tardes que hago las fotos de portada para la revista AR, pero siempre trato de llegar a casa para las seis de la tarde, aunque estas últimas tardes a esa hora me he pasado por casa de mi madre que está malita y al menos le he dedicado una hora. Luego llego a casa y trato de estar un tiempo con mis hijos y mi marido. Como no salgo de noche llevo una vida bastante ordenada, pero me compensa, no me quejo. Eso sí, a partir del viernes a mediodía, el tiempo es para mi familia.
¿La rutina le puede o usted a ella?
Si hay algo que no tiene mi trabajo es rutina. Cada día es emocionante y distinto para mí. Mi vida familiar tampoco es nada aburrida, con dos hijos pequeños y uno ya mayor, no tengo tiempo para aburrirme. Tengo la suerte de, por mi familia, estar en contacto con dos generaciones.
¿Le resulta difícil "conciliar"?
A mí, gracias a Dios, no, porque tengo la suerte de estar rodeada de personas que me ayudan en casa. Yo pienso en las mujeres que después de trabajar tienen que recoger a sus hijos del colegio, que tienen que hacer todo en casa y ahí si que me parece que es difícil conciliar. También tengo un marido que se ocupa como yo, o más, de los niños. Nos compenetramos mucho.
¿Alguna vez en el trabajo se ha sentido discriminada por ser mujer? ¿Ha tenido que trabajar más que un hombre para estar dónde está?
Yo he tenido que trabajar mucho, que demostrar mucho, pero no me puedo quejar; tengo una gran responsabilidad como comunicadora, también soy empresaria. Creo que no me he sentido discriminada.
¿Echa de menos trabajar en la radio?
Si, porque no tengo horas al día.., desde que empecé mi etapa televisiva ha sido imposible retomar la radio... pero tengo muy buen recuerdo de mi paso por las ondas, la radio me encanta.
¿Cuanto tiempo más se ve en las mañanas de la televisión?
Depende de la audiencia finalmente y de la salud. En estos momentos van muy bien las audiencias en el programa y sería desagradecida si pensara en marcharme; hay muchas familias que dependen de mí.
¿Qué le tiene que decir a aquellos que les tachan a las reinas de la mañana de "amarillistas" y de "vivir de los sucesos"?
Que vean el programa. Pido al menos que cuando vayan a opinar de algo al menos se lo hayan visto y lo hayan seguido varios días y que no hablen de oídas o por terceras personas.
¿Qué dotes hacen falta para ser un buen comunicador?
Ser sincero, coherente, reconocer tus errores, no creerte nunca que eres el mejor y sobre todo tener un buen equipo de profesionales. Lo mejor es rodearte de los mejores. Y creo que cuando miras a una cámara tienes que decir la verdad, tu verdad.
¿Cuál es su radiografía de la situación actual del periodismo?
Un desastre. No es la única profesión que atraviesa estos momentos debido a la crisis económica, pero la profesión está hecha un desastre con tantos periodistas en paro, la caída de la publicidad... es una pena que haya gente muy válida, con gran experiencia y que no haya trabajo para ellos.
¿Hacia qué futuro se dirigen los medios de comunicación?
Al de sobrevivir y a esperar a que empecemos a ver la luz. Ojalá todo vuelva a ser como antes, o al menos parecido. Los medios están sufriendo al igual que muchas grandes y pequeñas empresas de este país.
¿Por qué cree que los medios escritos no terminan de pegar el salto a lo digital?
Por mucho que avancen las tecnologías, leer el periódico es algo cultural, de costumbre, de hábito, y cambiar esto lleva mucho tiempo. Indiscutiblemente los medios digitales crecen y cada día tienen más presencia, pero siempre quedará gente que abra un periódico.
¿Cómo es su relación con las nuevas tecnologías?
Ahí estamos. Yo lo intento, lo pruebo todo, quiero estar al día y creo que lo estoy, utilizo el iPad, el ordenador, tengo todos los periódicos digitales, uso Twitter... lo que no tengo es mucho tiempo, pero no me quiero quedar atrás.
En relación a la actual situación política, ¿sería necesario que todo se aclarara cuanto antes?
Es imprescindible que se aclaren todas las cosas que están ocurriendo y que vivamos una segunda transición política. Los partidos tienen que aceptar que las cosas están cambiando, y ellos también tienen que cambiar consecuentemente. Hay una demanda social de listas abiertas, de una mayor transparencia. Es una reclamación social, que ya reflejan todas las encuestas.
¿Estamos en los momentos más bajos de confianza política?
Que yo recuerde sí, lo que ocurre es que nuestra democracia es muy joven. De lo que yo he vivido a mí sí me parece que este es uno de los momentos de mayor desencanto de los ciudadanos con los políticos. Es cierto que también atravesamos una profunda crisis económica, una crisis muy intensa, como la que yo no he conocido antes.
¿Los primeros que deben dar ejemplo son los políticos, no?
Todos tenemos que dar ejemplo, los políticos, los empresarios y los ciudadanos. Tenemos que cambiar de mentalidad. Todos tenemos que pensar que lo que no es de nadie es de todos. Cuando alguien llega al poder no tiene que pensar que el poder es suyo, el poder es de los ciudadanos y se lo han prestado. Y luego hay algo que tenemos que tener claro: estemos en el lugar que estemos, la responsabilidad de lo público es de todos. No paguemos en negro, pero tampoco cobremos en negro, y no me refiero a casos de familias que no tienen recursos y sobreviven como pueden, sino a gente que en épocas de bonanzas económicas han pagado o cobrado de esta manera. En este país hemos sido muy laxos con estas prácticas.