Ni la intensa ola de calor que sofocaba esta semana las calles de Pamplona impidió que el patio del Palacio de Ezpeleta se llenara de actividad. Bajo la sombra generosa de sus árboles, varias familias se acercaron las tardes del martes al jueves para disfrutar del proyecto Larun, una propuesta de juegos artesanales inspirados en la mitología vasca que invita a los niños a crear, imaginar y compartir en un ambiente natural y participativo.
El evento forma parte del ciclo Ezpeleta en juego, integrado en la programación estival de la red Civivox. La iniciativa corre a cargo del grupo Jokai, creado en 2021 en la localidad navarra de Lekunberri por los pedagogos Jon Artola Urrutia y Javier Leoz Aristu, con el propósito de dinamizar espacios a través de juegos e instalaciones interactivas y espectáculos músico-teatrales.
Larun se divide en dos zonas diferenciadas: La Montessori, pensada para niños de 0 a 3 años, y Mari, diseñada para edades más avanzadas. Ambas comparten la misma filosofía: fomentar la creatividad, el ingenio y el juego no competitivo, evitando la presión de las reglas estrictas y apostando por la autonomía, en un entorno distendido y lejos de cualquier pantalla.
La zona Montessori
En la zona Montessori, sobre una manta extendida en el suelo, se disponen cestos de mimbre llenos de piezas y objetos de madera, todos de formas y tamaños variados. No hay instrucciones, solo la libertad de explorar, encajar y combinar, estimulando la motricidad fina, la experimentación sensorial y la autoeducación.
Jorge, vecino del barrio, acudió con su hija de año y medio y valoró la propuesta como un auténtico salvavidas en un día de temperaturas extremas: “La ciudad está bastante desierta con este calor. Aquí hay sombra, frescor y algo que les entretiene, además con una técnica que nos gusta mucho: juegos desestructurados en los que ellos pueden crear sin estar muy dirigidos”, comentaba el pasado martes.
El área Mari
La segunda zona, Mari, ofrece juegos artesanales de madera inspirados en personajes y leyendas de la mitología vasca: Galtzagorri, Tartalo, Basajaun, Mari o las lamiak, entre otros. Cada propuesta pone a prueba habilidades como la puntería, la concentración, la frustración, la estrategia o la cooperación.
Las piezas de madera están talladas artesanalmente y pintadas a mano por el artista navarro Unai Ruiz, poniendo en valor y fomentando la artesanía local. En este espacio el juego es libre; hay juegos más intuitivos y otros más abiertos, en los que son los propios niños quienes inventan sus reglas. De esta forma se trabaja la creatividad, la resolución de problemas y el trabajo en equipo.
La mitología vasca
El componente cultural es esencial: las lógicas de cada juego se vinculan a la historia del personaje mitológico en el que se inspiran, despertando la curiosidad de los más pequeños, que a menudo preguntan a los organizadores por las leyendas que desconocen. Así, el entretenimiento se convierte también en una vía para preservar y transmitir la mitología vasca.
Uno de los grandes objetivos de Jokai es romper la barrera que a veces separa a niños y adultos durante el juego: “Queríamos un lugar donde madres, padres, abuelos y nietos jueguen juntos. No un espacio para aparcar a los niños y marcharse a beber cerveza, sino un lugar para compartir. Buscamos el juego intergeneracional”, explica Javier Leoz, director artístico de la instalación.
Desconexión digital
La propuesta también responde a una preocupación muy actual: el exceso de tiempo que los menores pasan frente a pantallas: “Venimos del mundo de la educación y también somos padres. Queríamos ofrecer una alternativa que fomentara la atención, la capacidad de resolver problemas y la gestión de la frustración, todo en un entorno natural y sin dispositivos electrónicos”, añade Leoz.
Andrea, madre del barrio, celebró la reapertura temporal del patio del Palacio de Ezpeleta, que habitualmente permanece cerrado: “Este era un espacio que usábamos a diario, pero que se cerró. Volver aquí, aunque sea de vez en cuando, es genial. Es un lugar fresco y verde, y que ofrezcan actividades distintas al fútbol en la plaza se agradece mucho”.
Entrada accesible y gratuita
Los juegos de Larun están adaptados para personas con discapacidad o movilidad reducida. La entrada es gratuita y el acceso se realiza por la calle San Francisco, sin inscripción previa, hasta completar aforo. Esta instalación ha tenido lugar los días 12, 13 y 14 de agosto y la próxima semana se dará paso a otra propuesta, Juega a lo grande, que se desarrollará también de martes a jueves.
En palabras de Leoz, se trata de “un espacio inclusivo que pretende fomentar la creatividad, la imaginación y que todo el mundo juegue y se divierta desde el respeto”. Y en días de calor extremo, también es, sin duda, un pequeño oasis en pleno centro urbano.