DICEN que hasta el nuevo papa Francisco tiene su corazoncito del San Lorenzo argentino. Un equipo que si fuera por la manía internacional de dividir las aficiones en dos no existiría, porque todo el mundo sabe que o eres de Boca o de River. Pues a no ser que Su Santidad intervenga y pida ayuda celestial, parece claro que la burbuja del fútbol va a estallar de un momento a otro. Que Marca TV suelte el partido en abierto indica que la vaca ya no puede más. El fútbol es muy caro para la audiencia y la publicidad que genera. Sobre todo porque ¿a quién le importa un Betis-Getafe?, que es el primer partido que nos van a echar los de Cuatro, si de lo que se habla luego en todas las cadenas es de Cristiano y Messi y sus respectivos equipos. El otro día salía un estudio que confirmaba lo que ya sabíamos aquí quienes no somos del Madrid o del Barça: la Liga española es una de las más aburridas de Europa. Aquí o eres culé o blanco o te quedas sin conversación y sin información. Afortunadamente todavía hay cadenas como EiTB, que valoran en sus espacios la importancia de los clubes de la tierra. Algunos dirán que qué menos, pero ojo que no es tan fácil. El fenómeno televisivo del Madrid-Barça tiene tentáculos universales. Sus partidos son emitidos en medio planeta. De alguna manera han elevado a planetaria la famosa rivalidad; ha traspasado fronteras y hoy ves camisetas de uno y otro equipo donde quiera que viajes. Al resto nos toca aguantar el ninguneo televisivo que el exceso de protagonismo ha hecho de estos dos clubes los más famosos del universo. Meros sparring, necesarios solo para que puedan conseguir sus grandezas. Al resto, como a San Lorenzo (equipo que ha ganado 10 ligas argentinas), nos toca esperar que nos hagan papas, para que, por fin, hablen de nuestro equipo del alma. Ese que ignoran día tras día en televisión.