PAMPLONA. El escenario del Teatro Gayarre acogerá mañana martes, a las 20 horas, la reposición de Casa de muñecas, del Noruego Henrik Ibsen, una producción de la Fundación Municipal Teatro Gayarre y Gobierno de Navarra dirigida por Miguel Munárriz e interpretada por Marta Juániz, Carlos Ibarra, Pablo del Mundillo, Leire Ruiz, Alfonso Torregrosa y Carol Verano.
Tras su estreno en marzo de 2009, Casa de muñecas, gracias al acuerdo de colaboración entre ambas instituciones, puso en marcha una gira por la geografía foral que le llevó a las casas de cultura y escenarios de Villava, Zizur Mayor, Noáin, Irurzun, Aóiz, Estella, Alsasua, Ansoain, Sangüesa y Valle de Aranguren. Un recorrido que concluye con la vuelta al escenario del Teatro Gayarre mañana martes.
La labor de producción de espectáculos propios que desarrolla el Teatro Gayarre en colaboración con el Gobierno de Navarra se vió materializada nuevamente el viernes 27 de marzo de 2009, Día Mundial del Teatro, con el estreno de Casa de muñecas uno de las textos emblemáticos de la historia del teatro y la que está considerada como la obra cumbre del dramaturgo y poeta noruego Henrik Ibsen.
Con la puesta en escena de Casa de muñecas, con dirección de Miguel Munárriz y escenografía y vestuario de Javier Sáez, se hace la revisión de una pieza en la que se expone la relación entre los sexos, que causó sensación cuando se publicó en 1879. Ibsen está considerado como el más importante dramaturgo noruego y uno de los autores que más ha influido en la dramaturgia moderna, padre del drama realista moderno y antecedente del teatro simbólico.
Esta obra describe la situación en la que se encuentra Nora, uno de los grandes personajes femeninos del teatro universal una mujer que intenta salir de la vida que le ha tocado en suerte. A través de un texto que discurre de forma admirable y que se basa en una carpintería dramática estremecedora y sólida, se construye la sólida casa en la que vive la protagonista de esta pieza, una mujer cuya vida está condicionada en su totalidad, informó el Gayarre en una nota.
Primero por su padre, un hombre conservador y bien situado socialmente pero que la trata como si fuera de su propiedad, y luego por su marido, Torvald Helmer, que no se diferencia mucho de su suegro y que la considera, simplemente, un objeto más de su propiedad.