barcelona. El octogenario cineasta y escritor italiano Folco Quilici considera que su última novela, Viento rebelde (Plaza & Janés), en la que narra la historia de un joven que a finales del siglo XIX se embarca rumbo a América, sería una gran película "si todavía existiera el cine italiano". Quilici, que visita Barcelona para presentar su libro, explica que se trata de un relato basado en hechos reales. Unos hechos protagonizados por su bisabuelo, un anarquista del norte de Italia, que llegó al continente americano y recaló primero en Potosí (Bolivia), se enroló en un barco capturando tortugas y, después, recaló en una mina de plata en Alaska. Se trata de un "canto a la amistad", puesto que el personaje principal, Gaddo Frediani, conservará hasta el final de sus días, en la Italia de 1940, un secreto relacionado con sus dos compañeros de viaje y mejores amigos. El autor defiende que el testimonio que ofrece, con pasajes inventados y otros reconstruidos gracias a sus viajes por Sudamérica y Alaska, se puede llevar al cine, pero no se muestra optimista sobre el actual momento de la industria en su país. Recuerda que hace años pudo realizar una serie de 10 películas de 1 hora de duración sobre el Mediterráneo, en las que no había "límites" y en las que lo único importante era hacer un "buen trabajo". Además, dice, este tipo de filmes no eran "antieconómicos" y la RAI "los vendía en todo el mundo". "Ahora, en cambio, se hacen películas de nada, que no se venden ni en San Marino, porque el espectáculo que ofrecen es muy pobre".
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