legazpi. Un nuevo espacio expositivo, llamado Chillida Lantoki, muestra en Legazpi el proceso industrial de la creación del escultor vasco Eduardo Chillida, que construyó sus grandes obras públicas en empresas siderúrgicas como Patricio Echeverría o Forjas y Aceros de Reinosa.
El Chillida Lantoki, el taller de Chillida, fue inaugurado el pasado miércoles por Luis Chillida, hijo del artista y presidente de la Fundación Lenbur, impulsora del proyecto, quien estuvo arropado por la consejera vasca de Cultura, Blanca Urgell, y el diputado general de Guipúzcoa Markel Olano. El museo se ha instalado en una nave industrial que fue la antigua papelera de Legazpi, próxima a las vetustas naves de la empresa Patricio Echeverría, una de las grandes compañías siderometalúrgicas de Euskadi, en cuyas forjas se construyeron obras emblemáticas de Chillida, como el Peine del Viento. Este proyecto significa "la primera piedra" del futuro Museo de la Industrialización de la CAV que se ubicará en otros espacios de la misma antigua papelera y que promueve la fundación Lenbur.
Conservando el ambiente industrial, el Chillida Lantoki cuenta con 1.300 m2, en los que se han colocado las viejas y gigantescas forjas empleadas por el artista, una serie de fotografías de gran formato de Francesc Catalá Roca que ilustran la fabricación de las piezas del Peine del Viento, el propio taller de escultura de Chillida, y el de papel y grabado, entre otros objetos.
También se ha trasladado a este lugar mucha de la documentación que se encontraba en el Chillida Leku de Hernani, que puede consultarse de manera rápida y visual a través de pantallas táctiles. El museo recoge la memoria viva de la creación de Chillida, a través de entrevistas a 45 obreros de Patricio Echeverría que participaron en el proceso de creación de las obras de hierro del escultor guipuzcoano. "En una fábrica están acostumbrados a trabajar en el mundo de lo conocido, a repetir las cosas. En el arte cada obra era un camino nuevo, no sabían exactamente lo que iba a suceder, todos ellos aportaban a cada cosa su parte. Ellos se sienten artífices de esas obras", señaló Luis Chillida.
El hijo del escultor explicó que este nuevo museo constituye un "complemento ideal" de Chillida Leku, el espacio que reúne la obra "acabada" del autor, mientras que en este equipamiento se explica el proceso creativo e industrial que implicaban sus esculturas. Urgell destacó que las piezas de Chillida se han interiorizado ya como una "estética" propia de los vascos, y que el Lantoki permite visualizar "el proceso de materialización en obra de las ideas que brotaban de una figura excepcional". La consejera señaló que el espacio reivindica a los "hombres de acero que dejaron su huella en piezas visibles hoy en Berlín, Washington o Teherán y que salen del anonimato gracias a este proyecto".
Olano resaltó que la industria del hierro pertenece al ADN de los vascos y que resulta "imposible" hallar una figura "más idónea" que Chillida para "exponer la mezcla entre el arte y nuestra cultura industrial".