Fecha: sábado, 31 de julio. Lugar: parque Uranga, Burlata. Intérpretes: Los Reyes del K.O., banda integrada por Marcos Coll, a la armónica y a las segundas voces; Adrián Costa, a la guitarra y a la voz; Javier Vacas, al bajo, y Carlos "Dale-Dale", a la batería; como teloneros abrieron noche The Reverendos. Incidencias: 2ª jornada del Burlada Blues Festival; presentación de "It"s Fiesta Time", primer CD de la banda. Bonita asistencia, aunque más discreta que la de la víspera. 40 minutos de retraso. Los Reyes del K.0. actuaron hora y 50 minutos, aproximadamente.

AL igual que la del día anterior, la nueva cita del Burlada Blues Festival se caracterizó por el buen hacer de la banda telonera, quedando demostrado que, lo mismo que en ediciones precedentes, además de prestigiosos cabezas de cartel se han buscado teloneros de nivel. Con la bonanza meteorológica sumándose por segunda jornada a la sugerida por los aires musicales, los encargados de romper el hielo fueron The Reverendos, formación integrada por cuatro magistrales músicos que, armados de batería, contrabajo, guitarra eléctrica y teclados, con trece años de carretera a sus espaldas, lucieron más que finos, elegantes y solventes en espera de los reyes, acertando a tejer los corsés musicados de sus temas cual si de costureros reales se tratase. Demostrando moverse por las aguas del rhythm & blues -tintado de west coast blues californiano y swing- y del rock & roll? como peces en la misma. Como lo que son y demostraron ser -por otra parte-, consumados maestros en el arte de impartir blues en directo. Y a continuación, tras semejante entrante, el esperado segundo plato; pese a la enjundia del primero, el verdaderamente consistente dicho sábado: la actuación de Los Reyes del K.O., banda en la que encontramos a un viejo conocido, Javier Vacas, reputado bajista de formaciones como La Vaca Azul, Tresmil Hombres o Los Coronas que, con su maestría a las cuatro cuerdas, volvió a demostrar nuevamente el porqué de que el adjetivo reputado acostumbre a acompañar a su nombre? como si de su segundo apellido se tratara. Bueno, como a los nombres de sus restantes compañeros, reyes esta noche del blues y de estilos como el boogie, el R&B, el rock & roll, el soul o el funk, de exquisito nivel todos ellos. Ante un público que, participativo ciertamente, tuvo a bien concentrarse en las partes más próximas al escenario (el presente hecho musical, cosa de la forma de proceder del encargado de tocar la armónica, además de para ser oído con atención demostró igualmente estar concebido para ser visto), los temas que dieron vida al concierto, de ingentes e inteligentes desarrollos instrumentales, se sucedieron sostenidos sobre exquisitos, cálidos y fraternales duelos entre guitarra eléctrica y armónica, instrumentos que en perfecto maridaje llevaron básicamente el peso; con la necesaria complicidad de bajista y baterista (suyos fueron asimismo importantes momentos de la noche)? sobre la armónica -principalmente-, instrumento referencial del blues y géneros adláteres cuyo instrumentista se llevó de calle a los presentes como se dice que en Hamelín a ciertos roedores un flautista. Noqueándolos sin concesiones, ya coloreando, ya insuflando vida a unas composiciones que, sin presiones de ningún tipo, discurrieron desatando todo tipo de pasiones y tensiones artísticas, pudiendo encontrarse entre las mismas incluso vetas de tex-mex, hip hop, son y ¡chachachá! -en la recta final-, circunstancia que nos llevó a reafirmarnos en algo que, para estas alturas de concierto, ya teníamos más que claro: que estos reyes están más que preparados para reinar donde quieran. Sea cual sea el ring o la demarcación musical elegida, en verdad.

Y esta semana, en este mismo marco, otras dos referenciales formaciones -sin desmerecer a nadie-, Hoey and The Mussels (mañana jueves) y Lou Marini & Red House, el viernes. De imprescindible asistencia ambos días. Háganse un favor y disfruten, no lo dejen pasar.