Pamplona. Con el mismo humor urbano y surrealista que durante 25 años han paseado por todos los teatros del Estado y algún que otro programa televisivo, Carlos Faemino y Javier Cansado llegan a Pamplona con su nuevo espectáculo, Parecido no es lo mismo, el sexto en su carrera artística y que, desde ayer y hasta el domingo estará en el cartel del Teatro Gayarre. En este nuevo show se volverán a poner delante del micro para representar por enésima vez los sketches y monólogos que tanto éxito les han dado. Faemino y Cansado revelan que éste será su último espectáculo. Pero, que nadie se asuste, porque no tienen ninguna intención de abandonar la escena. Todo lo contrario, aún les queda cuerda para rato, a pesar de los cientos de funciones que llevan a sus espaldas. Simplemente, el resto de los espectáculos que de ahora en adelante realicen se llamarán así.
El nombre se lo pusieron como respuesta al dictamen de una conocida crítica barcelonesa que les interpeló con un "siempre hacéis lo mismo". "Cierto", le respondió el dúo. Porque a su juicio la clave del éxito está en mantenerse fiel a un estilo, que saben que conecta con el público. "Si uno busca en YouTube, ahí puede encontrar números nuestros de hace veinte años que siguen teniendo vigencia hoy en día, porque siempre nos hemos puesto delante del micrófono para contar historias surrealistas", afirma Cansado.
Así pues, el público que se acerque al Gayarre podrá disfrutar del humor de Faemino y Cansado como antes lo hicieron o bien desde la butaca o frente a la televisión. El dúo adelantó que en Parecido no es lo mismo, los espectadores podrán disfrutar de una parodia de los one man shows o lo que es lo mismo, de los monólogos. También habrá un contador de chistes, y un número conceptual. Y habrá también un intermedio, aunque esto aún está por decidir. En resumen una sesión de hora y media de humor made in Faemino y Cansado. Eso si, con algunas innovaciones pero sin perder la esencia
Con el mismo tono humorístico que muestran en los escenarios el dúo lanzó algunos pequeños consejos a sus potenciales espectadores. Uno de ellos lo han repetido ya en numerosas ocasiones, "tener un nivel mínimo de estudios". "Hacemos un humor inteligente, lo de los estudios lo decimos para que el público pueda entendernos. Pero puede venir cualquiera", aseguró Carlos Faemino. Y el otro: "Si nos han visto que vengan, si tienen algunas dudas que no lo hagan, porque a lo mejor creamos algún conflicto", bromeó Javier Cansado.
Un teatro especial Pamplona es una ciudad que trae muy buenos recuerdos los humoristas "Aquí fue la primera vez que llenamos un teatro, por eso estamos encantados de volver, ésta es la quinta vez que venimos. El Gayarre es un teatro muy especial para nosotros. Y el público responde muy bien. Esperamos que siga siendo así", confió Cansado.
Entre las butacas del Gayarre esperan ver a aquellos que crecieron con su humor y también a nuevas generaciones, que los han conocido gracias a los vídeos que hay colgados en YouTube. A diferencia de algunos artistas que buscan censurar o controlar los contenidos que los internautas cuelgan en la Red, el dúo está encantado con que sus representaciones se puedan ver en la popular plataforma de vídeos. "Gracias a esto hay muchos jóvenes que nos han conocido, y que incluso suben vídeos imitando nuestros sketches, y lo hacen muy bien", afirmó Faemino. "Hubo un momento en que nos preocupó el hecho de que sólo vinieran a vernos los de nuestra generación, pero ahora estamos encantados de ver caras jóvenes entre el público", completó su pareja artística.
amistad Este año Carlos Faemino y Javier Cansado cumplen sus bodas de plata como dúo cómico. Hecho que merece ser destacado ya que, junto con Los Morancos, son la única pareja artística que sobrevive en el panorama humorístico estatal. La clave para aguantar tanto tiempo juntos; la amistad. "A diferencia de otros que se han conocido haciendo humor, nosotros ya éramos amigos antes de empezar en este mundillo. Eso es importante además de compartir el mismo concepto de humor", confesó Cansado.
Pero sus inicios, como los de todo profesional, no fueron fáciles. Comenzaron actuando, no sin dificultades, en salas madrileñas. "Pero, ¿no venís a cantar?", les espetó algún propietario. Tiempo más tarde comenzarían a llenar los grandes recintos. Un camino que comenzó en Pamplona, a la que ahora regresan con la esperanza de volver a hacer pleno en el Teatro Gayarre como la primera vez.