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"Lo mantengo: los que más sufren la crisis son los que tienen algo; el pobre que pide no puede estar peor"

Pretende encarnar al 'summum' de la educación y los buenos modales, pero a Carmen Lomana su manera de hablar y actuar le juega malas pasadas. Esta semana ha recorrido varias ciudades presentando su libro, ese que le llevaban "mucho tiempo pidiendo" que escribiera

"Lo mantengo: los que más sufren la crisis son los que tienen algo; el pobre que pide no puede estar peor"Foto: david de haro

pamplona. En su estreno en el mundo literario, Carmen Lomana ha firmado Los diez mandamientos de la mujer 11 donde imparte una serie de lecciones de protocolo y buenos modales para estar a la altura en cualquier situación. "La puntualidad es fundamental incluso con tus amigos", cita en su libro. Aunque ella no predica con el ejemplo y a su jornada de entrevistas se presentó con 45 minutos de retraso.

Hasta hace unos años era una desconocida para los espectadores.

Todo empezó cuando se retiró Valentino de la alta costura. Me llamaron a ver si podían hacerme una entrevista en mi casa y dije que sí. Lo pusieron en el Telediario de la mañana y en el de la noche. Yo me quedé impresionada, ¿cómo se les ha ocurrido? Me sacaban como una mujer que estaba siempre en todas las pasarelas, a mí la prensa me conocía de verme en París, en Milán, en Madrid. Luego me llamó Luján Argüelles que quería hacer algo conmigo en París el día del último desfile de Valentino. Salió en Punto Doc y tuvo muchísimo éxito.

¿Y después?

De todo esto yo no cobraba nada. Pero llegó un momento en que después de hacer 21 días de lujo, empezaron a llamarme todas las cadenas diciendo que me querían. A mí eso se me iba de las manos. Hablé con un amigo que me presentó a una persona que llevaba a bastante gente de la televisión y, a partir de ahí, esto se encauzó. Hice la primera entrevista en Sálvame Deluxe, luego hice un reportaje en India y una entrevista para DEC. Todos los canales de televisión me querían y me decidí por Telecinco.

¿En "21 días" se transmitió una imagen frívola de usted?

Era una imagen divertida, estábamos en París pasándolo bien. Pero de frívola nada. Pero la que dices tú que se transmitió una imagen frívola fue en Los ricos también lloran de Comando actualidad. Pero la niña ésta (en referencia a Samantha Villar) se lo estaba pasando mejor que yo, estaba feliz, luego decía que no, que habría preferido estar con los pobres. Te digo yo que no, eso es mentira, es pura demagogia.

¿Qué pasó en "Comando actualidad"?

Me sentí traicionada. No sabía que eso era para televisión. Yo fui a Dior a comprar un bikini y me dijeron que estaban grabando en la tienda ¿te importa que te hagan unas preguntas? Yo pensé que era una grabación interna. Y me hicieron una pregunta que luego distorsionaron. ¿Usted cree que la crisis afecta igual a los ricos y a los pobres? Y yo dije que afecta más a los que tienen algo que perder. Si tienes un trabajo y lo pierdes, te está afectando la crisis. Si tienes una casa maravillosa y te la embargan, también. Si estás pidiendo por la calle, no sabes quién es Lehman Brothers ni Madoff ni qué es la crisis. Peor ya no puedes estar, ya estás acostumbrado a vivir en unas condiciones pésimas. Como mucho puedes ir a mejor. Lo dije y lo mantengo: la crisis afecta a quien tiene algo que perder. El que no tiene nada que perder, se queda como está. Y eso se volvió contra mí.

Y llegó "Más que baile".

A mí me divertía porque toda mi vida me ha encantado bailar y tenía la oportunidad de poder bailar con bailarines fantásticos y de que me enseñaran a bailar. No lo dudé y contra viento y marea porque la gente de mi ambiente y de la sociedad me dijo que estaba loca, empezando por mi madre. Yo siempre he hecho en la vida lo que he querido hacer, nunca me ha preocupado demasiado. Si estaba convencida de algo, lo que dijeran los demás...

Ese programa le puso en el foco de atención.

Disfruté muchísimo aunque tuve momentos en los que estuve muy angustiada porque tenía que aprender todas las semanas dos coreografías en dos días. Hay veces que no te encuentras bien, estás agotado pero me dio muchísimo cariño de la gente porque la gente se lo pasó bien conmigo. Yo les debía transmitir que me estaba divirtiendo, que me lo estaba pasando muy bien. Fue mi primer contacto con televisión, con el espectáculo. Luego hice Las joyas de la corona, que me ha encantado.

"Las joyas de la corona" parecía que estaba hecho a su medida.

Es un formato americano que se llama Charm School. El primer día que me senté en el plató no sabía ni lo que tenía que hacer, nunca tengo guión. Me gusta actuar sobre la marcha, me gusta el directo y no tener guión, que las cosas vayan fluyendo. Me ha dado muchas satisfacciones. Sigo muy unida a los chicos, demasiado. ¡A ver si soltamos el cordón umbilical! Me llaman todos los días.

Los profesores tenían casi más protagonismo que los alumnos.

Los profesores no me han gustado mucho. Bárbara Senillosa sí, pero los chicos no. Prefiero abstenerme. Espero que en el siguiente programa no estén.

La falta de educación y buenos modales, ¿está a la orden del día?

Estoy muy impresionada y más cuando he tratado con estos chicos de Las joyas de la corona y he visto que tampoco eran bichos raros. Porque la mayoría de sus amigos y de la gente con la que se mueven, son así. Son la mayoría de los chicos jóvenes españoles.

Eso es generalizar. Todos no son así.

Será porque has tenido una educación y unos padres que te han educado muy bien.

Hay jóvenes educados y no educados.

Una cosa era ver a estos chicos cuando estaban conmigo o con gente, entonces no decían palabrotas y eran súper educados y normales. Y otra es ver lo que estábamos viendo mientras les grababan sin que ellos lo supiesen, entre ellos. Tú a lo mejor estás con tus amigos y te pones a decir burradas y tonterías. Eran muy diferentes cuando estaban conmigo y parecían todos santitos. Para mí, lo más conmocionante fue la carencia cultural, la ignorancia más absoluta. No sabían ni los ríos de España, ni el significado de las palabras, casi no sabían ni quién conquistó América, ni en qué época.

"Las joyas de la corona", ¿reflejaba a la sociedad actual?

Creo que sí. La gente joven son como esponjas y absorbieron enseguida y aprendieron cosas prácticas como es comer. No sabían utilizar los cubiertos, sólo comían dos o tres cosas (pizza, pasta, hamburguesas), sacabas otra cosa y se quedaban horrorizados, nunca habían visto un cubierto de pescado. Todo eso lo han aprendido: a poner una mesa, los chicos a levantarse cuando se levanta una mujer, a cederle el paso, a saludar. Y las chicas también. Y ellos dicen: es que no éramos conscientes cuando vemos los primeros vídeos nos quedamos horrorizados de lo horteras que éramos. Eso está muy bien, que hagan síntesis de sus carencias que tampoco ellos tienen la culpa porque yo creo que habría que ver mucho lo que hay de la educación, de las escuelas y de las familias.

¿Tiene algún proyecto televisivo?

Seguramente, se va a volver a hacer Las joyas de la corona, casi seguro. Ha calado mucho en el público, ha gustado mucho. Y la idea, yo creo, es volver a repetir en primavera.

Ahora presenta su libro, "Los diez mandamientos de la mujer 11". ¿Cómo surgió la oportunidad?

Me habían pedido varias editoriales que escribiera un libro y nunca les había hecho caso. Hablé con Espasa y me conquistaron de una manera muy tonta. Fuimos a comer y al día siguiente me mandaron un ramo de flores donde firmaban Tus editoras. Y ya no me quedaba más remedio. Aprovechando que en verano estaba trabajando en Las joyas de la corona y me tenía que quedar en Madrid, lo fui escribiendo poco a poco y lo terminé la última semana de agosto.

¿Qué ha aprendido desde que está en la vorágine mediática?

He aprendido a ser humilde. Siempre lo he sido pero ahora más. Estoy agradecidísima a toda la gente que me apoya y que me quiere y me demuestra su cariño.