pamplona. ¿Qué línea va a seguir la colección que presentará el martes en Cibeles?

Vamos a seguir apostando por el color pero no va a ser un arco iris. En la moda actualmente se lleva mucho el blanco y está apareciendo mucho color. La tendencia anterior, que era apostar por los blancos, negros y alguna tonalidad marrón, ha cambiado. La diferencia en el sector de la peletería es que mientras la moda en textil es muy pasajera, en piel es más duradera ya que no se concibe el concepto de piel para el verano. Además, cambian muy poco los colores porque es un producto más caro que el textil y que debe poder usarse durante más tiempo.

¿Las prendas muy llamativas, no cree que pueden resultar muy efímeras?

Creo que los colores que llevo en la colección no. Cada vez que elegimos un color hay un estudio detrás muy exhaustivo, no es un tono cualquiera sino que está pensado para gustar en la pasarela y para ser vendido al público. Hay pieles, como el bisón, la martas o el lince, que se trabajan mucho en su color natural aunque a veces las teñimos y sacamos prendas muy especiales como algunas que hay en la colección que se expondrá el martes. A las pruebas me remito para asegurar que ha habido prendas muy originales cuando se presentaron que ahora se llevan habitualmente.

Existe la creencia popular de que las pieles son para señoras maduras, ¿cómo superan ese estereotipo?

Es el mensaje que queremos transmitir y romper con el mito de que la peletería es para las señoras mayores. La moda en piel es para todos los ámbitos, tanto para adolescentes como para abuelas. Nuestro objetivo es tocar todos los ámbitos, desde lo clásico a lo rompedor, de jóvenes a mayores, y para mujeres y hombres. Hace cinco años tenía está inquietud porque la gente veía este estereotipo y consideraban que era un sector elitista. Entonces decidimos apostar por abrir una boutique en la calle Bergamín -Massalia- muy cerca de nuestro centro de trabajo, por funcionalidad y porque pretendíamos dar a entender que nuestros productos eran para todo el público. Entendíamos que una atención personalizada y un negocio en la entreplanta como es la peletería Groenlandia alejaba a gran parte de nuestro público potencial así que decidimos entrar en esta experiencia de la que actualmente estamos muy satisfechos.

¿Les está resultando complicado cambiar este mito?

Esto es como el negocio del automóvil. Antes tener un coche estaba en la élite y ahora todas las familias tienen uno. Nuestro negocio es igual. No todo el mundo puede acceder a la más alta gama pero si que puede optar a otros modelos en piel.

¿Es compatible crear para Cibeles con hacer ropa funcional?

Mi objetivo principal cuando estoy preparando la moda no es crear algo glamuroso sino que me fijo en la gente de la calle. Lo que quiero es ver mis creaciones en los que pasean por Carlos III.

Cibeles da prestigio, pero lo que aporta beneficios es la venta directa, ¿no?

Sí, nosotros tenemos tres puntos de venta que son la peletería, la boutique de la calle Bergamín y una empresa que vende productos a otras peleterías por todo el mundo. Tenemos clientes desde el pueblo más perdido de la geografía hasta una de las cinco boutiques más prestigiosas del mundo que está en Moscú. Es lo que buscamos, estar en todos los ámbitos. Más que por el prestigio que te pueda dar Cibeles, que es indudable, lo que te aporta es una constante obligación de superación. Cada año que presentas allí tienes que llevar algo novedoso, mejorar respecto al año anterior.

¿Cuáles son las características que debe tener una prenda?

El objetivo es conseguir una prenda muy bonita, muy cómoda, muy práctica y que abrigue. Ese es mi compromiso con la sociedad. Por eso las pasarelas de primera línea en las que hemos desfilado como Cibeles, Milán o Toronto lo que te permiten es que no te estanques y que cada vez aportes algo mejor para el consumidor.

¿Da salida a todos las creaciones que se exhiben en la pasarela?

De las cuarenta prendas que presentamos el año pasado sólo nos quedan dos, y porque eran unas túnicas pintadas al óleo más llamativas que funcionales. Ambientamos el desfile en el mar, el monte, el desierto y el bosque representado por la selva de Irati, y sacamos tres túnicas que representaban estos ambientes. Ya intuíamos que no iban a tener mucha salida comercial, aunque una de ellas si que se vendió. Del año anterior sí vendimos todo. Tengo que hacer una colección que cumpla todos los requisitos que me exige la pasarela: tiene que ser exquisito, glamuroso, marcar tendencia, pero a la vez dirigirlo a la gente de la calle para que no sea algo estridente. No concibo hacer una colección para Cibeles y otra para la red de distribución comercial.

Ya es su tercer año en Cibeles, ¿cómo es el mundo entre bambalinas?

Hay mucho trabajo. A mí me gusta buscar el reconocimiento a través del trabajo duro, que se reconozca mi labor porque me lo he ganado. Detrás del escenario hay una labor muy grande. Todavía nos queda mucho por hacer y hasta última hora estaremos cambiando cosas porque, aunque llevamos meses preparándolo, siempre surge problemas. Además, las modelos están muy estresadas porque pueden llegar a tener hasta seis desfiles diarios con sus cambios de vestido, maquillaje y peluquería para cada diseñador, y todo a un ritmo frenético.

¿Cómo es su trabajo hasta que llegan al producto final?

Ya estamos comprando las pieles en crudo para la Fashion Week de Madrid 2012 sin que se haya celebrado la de este año. Luego tenemos que curtirlas, teñirlas, preparar los patrones, confeccionar, y después llega el momento de cambiar cosas. Muchas veces tienes una idea muy clara en la cabeza que, por algún motivo, no la sabes transmitir al resto y cuando ves el producto final te das cuenta de que, esa prenda que te habías imaginado que iba a ser la estrella de la colección, ni siquiera te gusta y hay que cambiarla. Ya en la pasarela hay que preparar coreografía, música, ambientación y el atrezzo, todo ello teniendo en cuenta el espacio y el tiempo del que dispones ya que nuestro desfile es compartido. El éxito no es solo que tengas una buena idea, sino que cuando la expones, todo el mundo la entienda en el mismo sentido que tú.

Durante su desfile del año pasado saltaron unos ecologistas a protestar, ¿qué opina de estas quejas contra las pieles?

Pienso que todo el mundo tiene derecho a opinar y a la libertad de expresión pero también pienso que cada cual tiene su espacio para hacerlo. Ellos tienen sus medios para comunicarse y considero muy positivo que las personas muestren sus convicciones, pero que lo hagan en su espacio. Desfilar en Cibeles es un espacio que ni siquiera he comprado. Me lo ha cedido una institución cualificada para que me exprese a través de mi colección y no creo que sea adecuado que se entrometan en ese espacio.

En el fondo, ¿no fue beneficioso para usted que saliera en todos los medios?

No. Me han llegado a decir que fuí yo el que monté todo para buscar propaganda fácil y yo no quiero eso. Lo que pretendo es que que se reconozca el trabajo de Jesús Lorenzo porque hemos realizado una colección fabulosa y funcional no por un suceso así.

¿De dónde le surge la inspiración?

De la formación cultural y académica aunque también del arte y la naturaleza. También con los inputs que recibes cuando viajas. Me encanta como visten en Milán y más cerca de aquí, me gusta el estilo de Donosti. Eso te enriquece y puedes sacar muchas ideas.