pamplona. Antonio Recio es uno de los personajes más populares de La que se avecina. La serie de Telecinco que narra la vida cotidiana de un grupo de vecinos. Exageración y humor son los ingredientes principales. Jordi Sánchez, el actor que da vida a Recio, cuenta cómo es imposible que alguien en su sano juicio resida en la urbanización Mirador de Montepinar. Su personaje es uno de los más odiados en la comunidad. Sin embargo, entre los espectadores es de los más aceptados. Pistola en mano trata de arreglar los problemas de una comunidad de vecinos que se derrumba y está en bancarrota.

Casi cuatro años entre Madrid y Barcelona, ¿cómo lo lleva?

Cuatro años en tren para arriba y para abajo. Pero estoy a gusto cuando grabo.

Este año Antonio Recio pierde la presidencia de la comunidad.

Para Antonio Recio como personaje es una faena. Pero para mí como actor está bien. Me apetecía tener otro tipo de tramas.

¿No le gustaba el cargo?

A Recio le encanta eso de ir como un fascista imponiendo su voluntad. Pero yo creo que esa imagen estaba muy desgastada. Ahora me pasan a la oposición e intento recuperar la presidencia. Eso me da más juego y tramas diferentes.

¿Cómo es Jordi Sánchez como presidente de su comunidad?

Al revés que a Recio, a mí no me gusta nada y no voy por la escalera con la pistola en mano. Procuro escaquearme de las presidencias, pero cuando me toca, la asumo.

Pues para su personaje...

Este hombre lo vive como si fuera una presidencia de Estado, no tiene nada que ver con la realidad.

¿Ha vivido en alguna comunidad tan peculiar como esta?

La verdad es que no, ni ganas. Es una locura. Imagínate una comunidad donde nadie paga las derramas, donde todo el mundo se mete en la vida del vecino... En la vida real, las comunidades no son tan caóticas. Yo me crié en un barrio donde todos éramos amigos y nos íbamos juntos de vacaciones, nada que ver.

¿Cuánto tiempo lleva en el mundo de la interpretación?

Dieciséis años. No empecé muy pronto. Monté con otra gente una compañía de teatro, hicimos también series de televisión con ella. Así estuve diez años, pero entendí que tenía que cambiar y me vine a Madrid.

Usted es diplomado en Enfermería, nada que ver con la interpretación.

En casa me decían que la interpretación no me iba a dar dinero, que mejor otra cosa, que de eso no iba poder vivir. Lo típico. Con 18 años piensas que a lo mejor puede ser verdad y busqué una carrera en la que en la que todos tenían trabajo, enfermero.

¿La ejerció?

Sí, después de terminarla trabajé como enfermero un par de años en un hospital de traumatología de Barcelona. Estando trabajando me enteré de las pruebas de acceso de la Escuela de Teatro. Allí por la noche fue donde me preparé el monólogo de entrada. Estaba solo en una sala de hemofilia del hospital, ponía una sábana en el suelo, me quitaba los zuecos y ensayaba. Entré.

¿Le fue imposible combinar ambas actividades?

Estuve un año trabajando de noche y estudiando de día, hasta que un profesor me dijo que tenía una cara de sueño que me llegaba al suelo. Entonces fue cuando tomé una decisión, dejar la enfermería. Tenía cuatro duros ahorrados y me fui.

Cambió la seguridad del hospital por vivir en la cuerda floja del mundo del titiritero.

Lo del hospital era segurísimo, había muchas plazas vacantes, lo nuestro, lo de ser actor, era poco seguro. Toco madera, pero he tenido suerte.

Hace guiones, dirige, interpreta... ¿Qué es lo que más le atrae de su mundo interpretativo?

Me atrae lo que está bien. Depende del producto. Hay teatro malo, televisión mala y cine peor. A mí me gusta lo que esté bien hecho.

Lleva cinco temporadas metiéndose en la piel de Antonio Recio, ¿no cansa el personaje?

Eso va a depender del personaje. El que estoy haciendo me encanta, los artistas son muy buenos, se lo curran mucho y es difícil encontrar un personaje que tenga todos los defectos humanos concentrados en un solo señor. Recio los tiene.

Es usted guionista, ¿ha tenido tentaciones de cambiar alguna vez el guión?

Siempre que lees algo se te ocurren ideas. En esta serie somos muy fieles al texto. No he metido nada mío, yo separo mucho el tema de actuar y escribir. Respeto el texto de los guionistas de la serie, además está muy bien. A mí, sí me han querido cambiar un texto que había escrito yo y no me gusta nada. Las ideas son buenas, pero los guionistas tienen que batallar para que el texto sea el que ellos han escrito.

Su personaje es tan homófono, tan machista, tan fascista...

Tienes razón, un asco de hombre.... Ja, ja, ja... Qué le vamos a hacer Recio une en sí mismo un montón de defectos terribles. Pero le he cogido cariño, me gusta como es feo por fuera y feo por dentro.

¿Le han dicho algo por la calle respecto a su personaje?

No, y siempre he pensado que la gente le tiene manía. Es un personaje que lo tiene todo. Pero creo que es un personaje que mantiene las distancias. Todo le sale mal y eso gusta al público. La vida le castiga, la comunidad no le hace ni caso... Para el público es agradecido como personaje. Es un cabrón, pero como no le salen las cosas bien es lo que me salva de que me insulten por la calle.

¿Le reconocen por la calle?

Bastante, aunque no llevo para nada las pintas de la serie. Voy vestido normal y no en la línea de los años sesenta como salgo en la tele, con la laca en el pelo y esa ropa. Me gusta que la gente me reconozca. Es la única profesión en la que te aplauden.

¿Tiene más proyecto entre manos?

Teatro es lo que más hago, pero cuando estamos grabando la serie no me suelo desviar mucho. Prefiero hacer las cosas bien que liarme la manta a la cabeza y hacer de todo, pero mal.

¿Volverá a la presidencia Recio?

Seguro que lo va a intentar.