madrid. "La cultura no se compra en el suelo, acto que define a un país", dice José María Sanz, Loquillo, quien recibió ayer el disco de diamante tras haber superado el millón de elepés vendidos durante toda su carrera junto a la productora EMI.
A Loquillo, que creció en una generación en el que el rock, formaba parte de la cultura, le "crispa" y le "enfada" que buena parte de la sociedad piense que la música es puro divertimento, no cultura. "Hay que hablar claro y defender la música, estamos jugando con el talento de muchas personas y con esa actitud se les está invitando a que se vaya fuera de nuestro país", asegura el autor de Quiero un camión. No le interesa la Ley Sinde ni la asociación de internautas. "En la primera no creo y a la segunda no la conozco, si alguien me la presenta y descubro sus intenciones podré hablar", afirma. Mientras tanto, asegura que va a seguir haciendo las cosas a su manera. "No voy a esperar a que nadie decida por mí. En mi web se pueden escuchar, descargar y comprar mis canciones". "Evidentemente, me defenderé si alguien se cree con derecho a pisarme sin pedir permiso", explica.
Cuando se cumplen 30 años de su trayectoria profesional, Loquillo presenta las reediciones especiales para coleccionistas de Hombres, Mientras respiremos, La vida por delante y Tiempos asesinos. Cuatro discos de los 90, "una época dura, arriesgada y potente. Rompimos con la editorial para tener el control de nuestra propia obra y también con las radiofórmulas. Así que pasamos de estar en la cumbre a no existir", desvela.
"Me siento muy orgulloso de ser el primer español que ha remasterizado su obra como en un principio me hubiera gustado, no como salió gracias a las exigencias de las discográficas", dice Loquillo. "En los 90 trabajé discos de búsquedas, si no hubiera grabado Mientras respiremos me hubiera convertido en un artista dentro de su propia cárcel", afirma. Desde entonces, su carrera ha cambiado. "Es importante abrir la puerta y dejar que entre el aire fresco, lo ideal es mezclar, de lo contrario te mueres. A mí me ha ayudado conjugar la poesía con el rock de garaje". Reconoce que nunca ha tenido problemas de ego. "No hay nadie en el escenario mejor que yo", cuenta el cantante de Cadillac solitario, a quien le llama la atención que no haya una banda que cuente la realidad social y económica del momento.