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La gran retrospectiva sobre Joan Miró descubre al artista más comprometido

la muestra se podrá visitar en barcelona hasta el 18 de marzoReúne más de 170 obras, entre pinturas y esculturas, procedentes de colecciones públicas y privadas

La gran retrospectiva sobre Joan Miró descubre al artista más comprometidoEfe

barcelona. La exposición más importante sobre Joan Miró que se ha presentado en el Estado en los últimos veinte años, y que se inaugura hoy en la Fundación Miró tras haber recibido 303.000 visitantes en la Tate Modern de Londres, pone de manifiesto el compromiso del artista con su tiempo y su país.

Tanto la directora de la Fundación, Rosa María Malet, como uno de los comisarios, Matthew Gale, de la Tate Modern, coincidieron ayer en resaltar este aspecto de una muestra que presenta una "panorámica completa" de la obra del pintor y que redescubre facetas suyas como "su compromiso o su libertad, que prevalecen sin detenerse a ningún dictado exterior".

Joan Miró. La escalera de la evasión, concebida por los comisarios de la Tate Modern, Matthew Gale y Marko Daniel, en colaboración con Teresa Montaner, conservadora de la Fundación Miró, reúne más de 170 obras, entre pinturas, esculturas y trabajo en papel, procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo, ubicadas de forma cronológica en diferentes salas de la institución barcelonesa,

La exposición, con algunas de las obras más significativas y difíciles de reunir del barcelonés, podrá visitarse hasta el 18 de marzo de 2012; posteriormente viajará en mayo hasta la National Gallery of Art de Washington.

El recorrido de la exposición, con algunos cuadros diferentes a la exposición de Londres, se inicia con sus trabajos relacionados con la masía familiar de Mont-roig, como el famoso cuadro La masía (1921-1922), que perteneció a Ernest Hemingway. También se exhibe La casa de la palmera, Huerto con asno o Retrato de Vicens Nubiola. En la parte central de la exposición, el público podrá contemplar el reflejo de la Guerra Civil española en obras como la serie de Pinturas salvajes o el oscuro Naturaleza muerta del zapato viejo, de 1937. Tras decidir exiliarse en París, Joan Miró hizo algunos encargos para el gobierno de la República como Aidez l'Espagne. Posteriormente, el estallido de la Guerra Mundial hace que trabaje en sus Constelaciones y en la Serie Barcelona, una cincuentena de litografías con personajes que incluyen ogros y monstruos, pero, especialmente, víctimas inocentes de los conflictos bélicos.

La antológica no obvia el momento creativo del artista durante los últimos años de la dictadura de Franco, residiendo en Palma de Mallorca, con grandes pinturas monumentales y también muestra su interés por la cerámica y la escultura. Impresiona el gran tríptico Azul, de 1961, que pintó en el luminoso y diáfano taller que le diseñó Sert, así como el tríptico Pintura mural para la celda de un solitario, de 1968.