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Band of friends, los fieles escuderos de Rory Gallagher

Gerry Mcavoy, bajista del irlandés durante dos décadas, y ted mckenna, uno de sus baterías, se han juntado para homenajear al maestro

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Rory Gallagher es uno de esos nombres míticos para todos los amantes del blues, el rock y el folk. Guitarrista personalísimo y carismático como pocos, dejó tras de sí un puñado de discos imprescindibles, desde sus primeros trabajos en solitario, como Rory Gallagher o Deuce (1971), hasta Tatoo (1973), Calling Card (1976) o Irish Tour -sin disputa, uno de los mejores discos en vivo de la historia del rock-. Nunca se plegó a los dictados de la industria, no entró en la estrategia comercial de los singles ni prostituyó su sonido con producciones ajenas a sus raíces, lo que quizá le negó el éxito que merecía en vida pero, a cambio, le granjeó el reconocimiento de la posteridad. A día de hoy, sus discos siguen sonando tan frescos, vitales y poderosos como el primer día, e inspirando a multitud de músicos. Es conocida, por ejemplo, la admiración que por su figura y su obra profesa esa enciclopedia viviente de la música popular contemporánea que es Bob Dylan.

Sección rítmica

Aunque, durante su larga trayectoria artística, su banda de acompañamiento sufrió numerosos cambios, hubo un músico que permaneció a su lado durante veinte años, casi hasta el final. Se trata del bajista Gerry McAvoy, responsable precisamente de este proyecto de homenaje a su mentor. Según cuenta, hace dos años, al volver a escuchar los discos que grabó con Rory, y tras coincidir en un concierto con el batería Ted McKenna -ambos conformaron la sección rítmica de Gallagher durante una larga temporada-, vio la necesidad de abandonar Nine Below Zero, la formación en la que había permanecido las últimas dos décadas, y fundar Band of friends, en su empeño por reivindicar el legado del guitarrista irlandés. Contactó con el holandés Marcel Sherpenzeel, otro fan irredento del músico, y entre los tres dieron forma a un combo que va más allá de la idea de banda tributo al uso. Pese a que Rory Gallagher nos dejó, enfermo y vencido por el alcohol, en 1995, esta es una buena oportunidad para acercarse de nuevo -o, los más afortunados, quizás por vez primera- al repertorio de un artista de los que, por desgracia, ya no abundan. n