PAMPLONA. "Yo empecé con Mugre en 1981, a los 15 años, sustituyendo a mi hermano; y ahora tengo 48. Después pasé por Desde atrás y Refugiados, con los que hice tres conciertos. Posteriormente todo han sido proyectos que, por diversas circunstancias, no acabaron de salir hasta llegar a Viejo Taylor". Un grupo en el que comparte formación con Nahia (batería), su hijo. "En 2008 me encontré con que a mi hijo, que toca la batería, le gustaba lo que hacía su padre.

Como nos llevamos bien y siempre hemos tenido buena relación, nos animamos mutuamente para formar un grupo. En cuanto a la relación sobre el escenario, sé que es mi hijo y disfruto con él, pero también lo respeto desde un punto de vista externo, como un músico muy válido para la banda". Banda que se completa con Iñaki Pulido (bajo), "al que fichó mi hijo. Llegó al primer ensayo y no fue muy bien, lo que a mí me dio miedo porque era su colega e igual había que decirle que no, pero llegó el segundo ensayo y lo clavó, así que genial". De esta forma, sobre las tablas conviven a la perfección dos generaciones muy alejadas en el tiempo.

"Son dos chavales de 23 años que me aportan mucha energía. La perspectiva puede ser diferente, pero también me pongo en su punto de disfrutar con esa edad, precisamente porque a mí no se me han acabado las ganas de tocar; y lo bueno es que la música permite fusionar edades. Por otra parte, las letras son muy callejeras y del entorno en el que vivimos, así que es fácil identificarse con ellas, tengas la edad que tengas".

Musicalmente, Viejo Taylor es una banda fundamentalmente de rock. "Las ideas que bullen en mi cabeza necesitarían muchos músicos sobre el escenario, pero hay que acomodarse a lo que somos y saber sacar adelante las canciones. Estilísticamente hacemos rock callejero, que es lo que yo he oído, aunque luego descubrí que el rock tenía glamour (risas)". La plasmación física de esa música, de esas ideas, lleva por título Anótalo todo. "Se puede decir que, al margen del de Mugre, este es mi primer disco. Una grabación en la que he disfrutado mucho y en la que no registramos más temas porque el presupuesto no llegaba.

El título viene a raíz de la canción del mismo nombre, tema que escribí hace cinco años porque ya entonces se veía el circo que estaban montando". En este sentido, las seis canciones del álbum también cuenta con edades diferentes. "Peke, por ejemplo, la hacíamos con Desde atrás hace más de treinta años". Y es que la música ha sido el leit motiv de Patxi Ojeta desde hace más de tres décadas. "Para mí, el rock es una manera de vivir y de actuar. El rock tiene la cara de expresión musical pero también la de dureza; es decir, con 15 años arremetes contra tus padres, con 18 contra el sistema, etc. Y es que todo viene siendo rock en la vida. Viejo Taylor me da la posibilidad de disfrutar con mi hijo de canciones que tengo, que nos gustan a los tres, y con las que nos divertirnos".